Luego de intentar postergar el debate sobre la aprobación de la Justicia Especial para la Paz, el uribismo consiguió enmendar el proyecto de ley que fue aprobado este miércoles.
Juan Manuel Santos había presionado al presidente electo Iván Duque y a su bancada a concretar la aprobación, incluso amenazando con llamar a Sesiones Extraordinarias. Finalmente, el bloque del Centro Democrático acató el pedido, pero se guardó un as bajo la mango, condicionarlo.
La mayoría absoluta en el Senado ya comienza a dar señales de que Duque podrá hacer lo que quiera cuando esté en el gobierno. Bueno, lo que quiera Álvaro Uribe Vélez, se entiende.
Por un lado, lo aprobado cercena la jurisdicción de los jueces, quienes no podrán pronunciarse sobre solicitudes de extradición, dando la última palabra a otro reducto uribista, la Corte Suprema de Justicia colombiana.
Por otro, se dispuso el congelamiento de los procesos en contra de los militares, hasta tanto el Congreso no cree, a través de una reforma constitucional, una sala especial dentro de la misma jurisdicción con nuevos magistrados para que haya un proceso de juzgamiento diferencial y único.
Ambos cambios contradicen el espíritu de lo acordado entre el gobierno colombiano y las FARC.
El presidente, Juan Manuel Santos, cuestionó este miércoles la constitucionalidad de los dos artículos que logró modificar la bancada del Centro Democrático. “Vamos a ver qué pasa en la conciliación y luego veremos qué pasa en la Corte Constitucional, pero esos artículos tienen una seria duda constitucional”, manifestó .
De todas maneras, Santos se mostró satisfecho de la aprobación que relanza el proceso de paz a pocos días de que termine su mandato. “Es una muy feliz coincidencia que el 27 de junio las Farc se desarmaron y que un año después se complete el ciclo, que hoy se aprueben los procedimientos de la JEP, es una noticia magnífica para la paz, para Colombia y quiero celebrar”, dijo.
Con información de El Heraldo y El País.