La oposición venezolana, así como la brasileña pedían en sus manifestaciones una intervención militar, que los marines invadieran sus países y los liberaran de sus presidentes electos por las mayorías. Ese sueño, pareciera acercarse.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, luego de mantener una reunión con el brasileño Michel Temer, dijo que “es hora de presionar y de actuar con más firmeza” para “restaurar la democracia” en Venezuela.
“Estados Unidos le pide a Brasil adoptar actitudes firmes contra el régimen de Nicolás Maduro, que destruyó la democracia y ha construido una dictadura brutal que ha hecho de Venezuela un país pobre”, fueron las palabras del norteamericano al pedirle al gobierno brasileño que se alinee con la línea dura.
Pence aseguró que su país no será un mero espectador del colapso venezolano y pidió una mayor colaboración a Temer para evitar la supuesta “crisis humanitaria” que vive Venezuela.
No son nada nuevos los argumentos esgrimidos por el vicepresidente republicano, quien habló de los carteles de las drogas y de los traficantes venezolanos para contar con el aval de la opinión pública para mantener las sanciones y la guerra económica contra el gobierno bolivariano. A su vez, se mostró predispuesto a aumentar el apoyo financiero a los movimientos antichavistas.