Radio Pichincha ingresó a la cárcel de Latacunga para constatar que el gobierno de Noboa no logra mantener el control de las prisiones, a pesar de tenerlas militarizadas. Privados de libertad denuncian maltratos y el cierre de programas de rehabilitación social y talleres.
En la cárcel de Latacunga el agua llega de forma intermitente, no hay talleres, ni programas de rehabilitación social. Lo único que se registra es un aparente control por parte de Las Fuerzas Armadas desde el 14 de enero. Y decimos aparente porque el pasado viernes 23 de febrero, se conoció que tres privados de libertad evadieron los controles y escaparon de la prisión.
🔴#ATENCIÓN | Radio Pichincha ingresó a la cárcel de Latacunga para constatar que el gobierno del presidente Noboa no logra mantener el control a pesar de la militarización. @evelincaiza94 con los detalles. pic.twitter.com/d3sbhU4HHQ
— Radio Pichincha (@radio_pichincha) February 27, 2024
Mientras los filtros para ingresar son bastante simples debido a que ni los equipos, ni los scanner funcionan, los celulares mantienen buena señal, o por lo menos en el pabellón de mediana seguridad registramos esto.
Recorriendo este mismo pabellón, en su patio, encontramos a los presos haciendo ejercicio, bajo órdene militar la única actividad que los mantiene activos. Están pagando una condena por los errores que cometieron, sí, pero a muchos de ellos les gustaría realizar actividades, les gustaría que se abran los talleres para trabajar, aprender, para mantenerse ocupados.
Pasando por el policlínico de la cárcel, nos dicen que todo está bien, sin embargo, nos queda la duda, de cómo puede la salud y la higiene mantenerse adecuadamente si no hay agua.
Al llegar al pabellón de mujeres se escuchan gritos de ayuda, uno de los reclamos que se repitió es que no cuentan con útiles de aseo personal. Esto es algo que los familiares de los privados de libertad han denunciado en reiteradas ocasiones, añadiendo además que, como castigo, les limitan o niegan las comidas.
Los militares informan que el tiempo libre también es utilizado por los presos para limpiar los espacios sin embargo, una de las áreas luce llena de desperdicios, basura y olores insoportables, esto al pie de los dormitorios de los privados de libertad.
Este mal llamado «centro de rehabilitación» es una mega cárcel que se inauguró en 2014. Está alejada de concentraciones poblacionales y ubicada cerca de un fuerte militar. Solo se observa campo a sus alrededores. Su costo bordeó los USD 105 millones.
Cuenta con 4 264 presos. 3839 son hombre y 425 son mujeres. Desde 2021 se han registrado más de una docena de masacres en las prisiones ecuatorianas. 450 reclusos perdieron la vida.