Editorial de Radio Pichincha
Tras la salida de Diego Ordóñez, a pedido de un millar de voces y de demasiados trinos en las redes, alguien podría pensar que las cosas van a mejorar, pero nos parece que nada va a cambiar. No por eso su salida también es una victoria política de la ciudadanía y una nueva derrota de este Gobierno y de su máximo representante.
Y por eso mismo hay que pensar en otra dimensión. Por eso cabe la pregunta del título de este editorial: ¿De qué clase es el gabinete de don Guillermo?
Las respuestas más fáciles serían aquellas llenas de lugares comunes, como eso de que siendo gerente de banco el Primer Mandatario, sus secretarios son como subgerentes o directores departamentales. O también que son sus allegados, quienes le pueden cubrir sus espaldas en los casos que ya se han denunciado y otros que no han salido a la luz.
Lo de fondo es otra cosa: es un Gabinete de muchos hombres, pocas mujeres, que no tienen ni una pinche idea de lo que es un Estado moderno, liberal y democrático. En otras palabras, son personas escogidas para maquillar a un personaje, pero no para atender ni cumplir el programa de gobierno inscrito por el entonces candidato en el 2021. Tan es así que los aparatos ministeriales no caminan porque los operadores burocráticos reciben órdenes tan absurdas como no gastar, no contratar y no ejecutar el presupuesto porque “HAY QUE AHORRAR”.
Pero hay algo más: podrán cambiar a todos los ministros actuales, podrán irse aquellos que no merecen una línea de atención, pero nada cambiará. Al contrario, la pregunta de ahora es: el vacío dejado, por ejemplo por un tal Ordóñez, no lo va a llenar nadie mejor a él, alguien que se juegue por el país y no por sus vanidades y sus negocios. ¿Acaso ese tal Ordóñez estaba ahí con un estudio y un trabajo sostenido de investigación de las causas de la violencia criminal y los mecanismos más efectivos para combatirlo o solo por los negocios millonarios de compras de armas y municiones con sus allegados en empresas ligadas a Israel y a Ucrania?
Se fue el canciller Juan Carlos Holguín y ha venido otro que de diplomacia sabe tanto como don Guillermo de Filosofía o de Ética. Se han ido varios otros y los que llegan ya nadie sabe su nombre.
En concreto: la derecha representada por don Guillermo ha demostrado que no tiene cuadros políticos, estrategas, pensadores para sus propios intereses y visiones conservadoras. Queda claro que la derecha no tiene cuadros, solo tiene gerentes y pelucones arribistas, como son los Hijos Bobos o los Villavicencios, así como los Aparicios que se creen mandamases en las fincas y bancos.
En realidad da mucha pena que ni siquiera exista, en don Guillermo y sus cercanos, una pizca de responsabilidad intelectual con las exigencias de un Estado contemporáneo. Pero, una vez más, quienes votaron por él sabían perfectamente por quién votaban y ahora no les queda más que denunciar su equivocación y sus consecuencias. PUNTO