La activista en derechos humanos cuestiona la indefensión en la que están las mujeres, sobre todo las niñas y adolescentes.
Punto Noticias. Elizabeth Ernst, integrante del Consejo de Protección de Derechos del Distrito Metropolitano de Quito, está de acuerdo con que, en el último año, los derechos de las mujeres han sufrido una importante regresión.
“Las mujeres nos hemos visto muy afectadas por las políticas, la crisis y la pandemia. Y creo que estamos cargando el mayor peso de todo esto sobre nuestras espaldas”, señaló.
Recordó que el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer trabajadora, pero apuntó que todas trabajan y todas están involucradas en la lucha por salir de esta situación de crisis.
Apuntó que hay mujeres que trabajan en fábricas, en el campo, en la administración pública, que tienen condiciones particulares y diferentes. En esta pandemia se incrementó el trabajo doméstico, de cuidado, para las mujeres.
Deploró que a las mujeres no se les paga por este trabajo, que se piensa no es productivo, que sí genera valor y está reconocido en la Constitución. Se piensa que este trabajo es una condición natural de las mujeres.
Insistió en que el trabajo de cuidado se ha visto incrementado por el covid-19, en condiciones que no son las mejores, como el hacinamiento, la pobreza, la violencia contra las mujeres, tema en el cual enfatizó.
Ernst reclamó que, muchas veces, las mujeres no tienen la posibilidad de denunciar a quienes las agreden. Hay niñas que son violadas todos los días, que no tienen la posibilidad de contar con un apoyo concreto; la justicia es lenta y no contempla, realmente, a estas personas, que no son números, son personas con vidas, con expectativas, con sueños que realizar.
Protestó sobre todo por la situación que enfrentan las niñas, según señaló en Puerto Quito, en Los Bancos, en la capital, que es peor que la pandemia, a su criterio, porque no hay la posibilidad de solucionar a corto plazo.
“Esto implica un profundo trabajo de prevención, de cambio de los patrones socioculturales, que tanto están perjudicando y dañando a las personas, sobre todo a las niñas y adolescentes. No es posible que tengan que parir de sus violadores”, cuestionó.