Se espera que el problema se mantenga durante el 2023, según las autoridades energéticas.
Ecuador incrementó la importación de electricidad desde Colombia para poder cubrir con la demanda energética del país, en medio de uno de los peores estiajes en los últimos años. La generación termoeléctrica nacional ha disminuido considerablemente como producto de la falta de lluvias, desde 2017, y, durante este año, también se ha agravado la situación de las reservas energéticas de las hidroeléctricas ubicadas en las cuencas orientales del país.
La generación de electricidad en el país ha caído un 22%, este año, si se toma en cuenta la comparación con el mismo periodo de 2021. Los expertos prevén que la situación se mantenga igual, incluso más crítica para el 2023; ya que, normalmente el estiaje en la cuenca hídrica oriental empieza en octubre y se prolonga hasta marzo.
Al parecer, como la situación no mejoraría se tendría que recurrir a una importación mayor de energía por parte de Colombia.
En la cuenca oriental, que es la más potente de Ecuador, Coca Codo Sinclair está trabajando al 43% de su capacidad, y presenta algunos problemas de infraestructura; mientras que, Paute – Molino, la segunda más grande, opera tan solo al 48% de su capacidad máxima.
Cabe recordar que Ecuador sí construyó centrales en su cuenca hídrica occidental, donde, al momento, existen abundantes lluvias, pero no son suficientes, ya que, entre todas ellas tienen a penas una producción de 327 MW de potencia.
Es por ello que se está importando energía desde Colombia, solo en diciembre se habrían comprado 5.255 megavatios por hora.
Ante esto, CELEC alertó que, si esta situación se mantiene, Ecuador podría tener graves problemas para 2023, ya que el fuerte estiaje se extenderá en las cuencas donde operan el complejo Mazar-Paute y las centrales hidroeléctricas Coca Codo Sinclair, Agoyán, Pucará, Delsitanisagua y Minas San Francisco que ya cuentan con bajas reservas de energía para 2023 y 2024.
Redacción: Ángel Cóndor