La prensa mundial se sometió a EEUU para condenarlo, agregaron
Fidel Narváez, excónsul de Ecuador en Londres y Hernán Reyes, comunicador y catedrático universitario, analizaron el caso de Julian Assange fundador de Wikileaks que en los últimos cinco días ha enfrentado un juicio en Gran Bretaña en el que se decidirá su extradición a Estados Unidos.
Narváez recordó que durante los años en los que ejerció como diplomático en la embajada de Ecuador en Gran Bretaña, Assange construyó una relación de amistad con todos los funcionarios, rechazando así las aseveraciones de supuestas agresiones del exfundador de Wikileaks: “Yo que estuve adentro de la embajada durante seis años sé que es una farsa que Assange era grosero con el personal, que pedía cosas siempre, es falso, que agredió a los guardias es falso”.
Incluso indicó que ningún país del mundo hubiese tolerado tanta mentira de un Presidente de la República, Canciller y Secretario de Comunicación, para lograr sacar al australiano de la embajada ecuatoriana: “Y la prensa no exigió una evidencia de aquello o un testigo”, cuestionó.
Auguró que este caso será motivo de estudio para los futuros periodistas, abogados e historiadores por el precedente que sienta a nivel mundial en lo que se refiere a la persecución del poder estadounidense y la libertad de expresión: “Es persecución por periodismo, el juicio de Assange es la criminalización del periodismo”.
“Estamos constatando lo que siempre se había dicho de hace 10 años y que fue la mera razón del asilo político, la persecución política y judicial por parte de EEUU”.
En cuanto a la audiencia, Narváez mencionó que han sido cuatro días en lo que se ha evidenciado que hay perjuicio por parte del sistema judicial británico respondiendo a la presión de EEUU: “Que es tan grande que no nos vamos asombrar que como resultado de la primera fase, damos por descontado de que se apelará si pierde cualquiera de las partes”.
Manifestó que Assange no tiene la menor posibilidad de un juicio justo en el país de norte América: “Los primos días han sido de reconocimiento han sacado las primeras cartas, no se han aportado testigos, la parte acusadora ha encontrado discrepancia entre el tratado de extradición entre gran Bretaña y EEUU que excluye a los delitos políticos y espionaje pero no ha sido incorporado a la legislación doméstica”.
Reiteró que está en riesgo la libertad de expresión y que se siente un precedente terrible sobre la imposición de una potencia y su legislación de manera extraterritorial sobre cualquier persona: “Los norteamericanos se han declarado la policía del mundo y así quieren actuar”.
De su parte Reyes, reprochó que el gobierno de Lenín Moreno dio un giro de 180 grados respecto a lo que fue una posición digna y soberana del Ecuador al entregar asilo político a Assange: “Hace casi 8 años se decía que una nación pequeña que no estaba ni de lejos entre las naciones poderosas, desafiaba el orden mundial al dar asilo por términos humanitarios a quien no tenía su seguridad ni de su vida por la persecución que vivía de EEUU”.
El caso es emblemático no solo por el sentido actual de la libre expresión, dijo el comunicador, sino también porque EEUU se dedicó a descalificar la información emitida por Assange en los cables que develaban abuso de poder y violación de derechos humanos que ese país aplicó durante el siglo XX y XXI.
“El caso paso a ser distorsionado por los medios a nivel mundial y en Ecuador la justificación para el fin del asilo y la expulsión de la embajada estuvo precedida por un montaje mediático en el cual se los descalificó en los peores términos como que estaba mal su salud mental, que era hostil, agresivo, violento, que había cometido desmanes en la embajada. Todo esto para convencer que una persona que paso encerrado siete años, resistiéndose a ser extradito a EEUU fue expulsado y entregado a la policía londinense”.
Con esa base recalcó el evidente sometimiento de la prensa frente a la potencia que representa EEUU.