Taiwán había buscado por todos los medios que El Salvador se uniera a su disputa contra el gobierno chino y se mantuviera en el eje dólar de la economía. Sin embargo, el presidente del país centroamericano Salvador Sánchez Cerén, anunció este lunes que se restablecían las relaciones con el gobierno de Xi Jinping.
Desde Taipei, la capital de Taiwán rechazaron el anuncio y rompieron relaciones con El Salvador.
En una reunión mantenida en Beijing, la capital china, los cancilleres de El Salvador y China, Carlos Castaneda y Wanf Yi firmaron un documento donde se restablecen las relaciones diplomáticas.
Taiwán perdió así un aliado en su lucha para conseguir la legalidad internacional de su reclamo contra China, exigiendo una autonomía plena.
Sánchez Cerén justificó en su mensaje que “China es la segunda economía del mundo, en permanente crecimiento, y los desarrollos logrados en diversos campos le permiten posicionarse entre los países más exitosos” y sostuvo que la decisión era la correcta al considerar a China, como único representante del pueblo chino.
De hecho, Sánchez Cerén acata la declaración 2758 de Naciones Unidas que “reconoce la existencia de una sola China” y que declara a Taiwán como parte “inalienable de su territorio”.
El Frente Farabundo Martí que gobierna El Salvador negó la versión taiwanesa de que la ruptura se debió a un pedido de financiamiento rechazado por Taipei.
De los escasos 17 socios que cuenta Taiwán para sus reclamos de soberanía, 9 países pertenecen al continente americano. El territorio nunca declaró la independencia de China, pese a contar con un gobierno autónomo.