Casi cinco millones de personas no tienen un trabajo formal o están en el desempleo
El primer discurso del presidente Lenín Moreno, el 24 de mayo de 2017, alentaba a los ecuatorianos a tener un mejor futuro, una mejor vida y, sobre todo, empleo. Aplausos llenaban el Salón del Pleno de la Asamblea Nacional.
Pero, no tardó mucho para que esos aplausos se conviertan en consignas en defensa de los derechos laborales y en rechazo a los despidos. Para diciembre 2017, Lenín Moreno cerraba con el 42,3% de empleo adecuado –de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)- y apenas un año después, en diciembre de 2018, este indicador bajó al 40,6%.
La optimización del Estado fue uno de los ejes del plan económico del Gobierno. Para abril de 2018 se anunció la eliminación de ministerios, subsecretarías y empresas públicas. Los despidos empezaron y los sectores, de a poco, organizaron manifestaciones.
El número de ecuatorianos que contaban con empleo adecuado se reducía. En diciembre de 2019, el país cerró con 38,8%. En los tres años del Gobierno de Moreno, unas 271.100 personas salieron del empleo pleno.
Un porcentaje importante de esta cifra podría haber migrado al empleo no remunerado que, según las estadísticas del INEC, también creció de manera significativa. Este último indicador pasó de 9,9%, en 2018, al 10,9 % en 2019. En estos tres años, cerca de 156.800 personas pasaron al empleo no remunerado.
A medida que los meses pasaban, la eliminación y fusión de entidades públicas también avanzaban y más familias se veían afectadas. En total, cerca de cinco millones de personas en el Ecuador no tienen un trabajo formal o están en el desempleo, cifras que este año aumentaron notablemente, debido a la pandemia del COVID-19.
En el sector privado, hasta mediados de abril de 2020, 4.807 empresas redujeron la jornada laboral para los 113.706 trabajadores a su cargo, que representa una disminución en su salario. En el sector público, el Presidente Moreno oficializó la reducción de dos horas a la jornada laboral, con una disminución del 16,66% de su remuneración. Mientras que el Ministerio de Trabajo ha recibido denuncias de 4.526 trabajadores por despidos intempestivos.
Mientras el Presidente Moreno trata de mantener su discurso de 2017 sobre proteger el empleo, la realidad es diferente, logró que la Asamblea Nacional apruebe la denominada Ley Humanitaria, que impone un reforma laboral solicitada por el FMI.
La pandemia del coronavirus avanza, tan rápidamente como el proceso de “optimización”. El Mandatario ecuatoriano decidió el cierre de ocho empresas públicas más, que implica la liquidación 3.695 empleados. Pese al miedo de contagiarse, los trabajadores han salido a las calles a pedir que se derogue estos decretos y se busquen alternativas.
El total de contagiados, al igual que el número personas que se quedan sin empleo, se incrementa en el país. El ministerio de Salud, en plena emergencia sanitaria, separó al personal administrativo cuyos contratos ocasionales concluyen en mayo y junio de este año. Ya decía una de las pancartas que cargaba un manifestante: “Ayer fuimos héroes, hoy nos despiden”.
Detrás de las frías cifras, representadas en porcentajes y millones en cuanto al empleo y desempleo, hay familias, hijos, madres, personas discapacitadas, son hermanos, amigos, padres, primas que están luchando por sobrevivir a la pandemia. “O morimos de hambre o morimos por COVID-19”, decía Édison, uno de los manifestantes en la marcha de este 21 de mayo, quien reclamaba por recuperar su empleo.