Al menos 200 fosas comunes fueron descubiertas en Irak, luego de que el Estado Islámico perdiera el control de vastos territorios en los que los extremistas cometieron innumerables crímenes.
Los terroristas financiados por los gobiernos del Golfo Pérsico, Estados Unidos y las potencias europeas asolaron Irak entre 2014 y 2017 y estas fosas comunes pueden ayudar a generar pruebas de las atrocidades cometidas por los mercenarios.
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak junto a la oficina de derechos humanos de la ONU, consideran que pueden encontrarse restos de hasta 12 mil personas en las 202 fosas encontradas en el norte irakí.
“Podría haber muchas más”, añade el informe, debido a que algunas zonas son inaccesibles por la cantidad de minas colocadas en ellas o por seguir bajo la amenaza de células yihadistas clandestinas, citaba AFP.
La ONU, citada por AFP, informó que hasta el momento se exhumaron 1.258 cadáveres, pertenecientes a 28 fosas. Las labores son muy complejas, ya que se calcula que en algunas de ellas puede haber miles de cuerpos.
Ya se ha cumplido un año de la proclamación de la victoria frente a los yihadistas y desde los organismos de Naciones Unidas se pide el cuidado de estos lugares, para que puedan servir de pruebas de lo ocurrido.
Las principales víctimas del Estado Islámico fueron las personas pertenecientes a la minoría yazidí y se presume que estos actos podrán caracterizarse como “crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y hasta de genocidio”.
El número de desaparecidos se cuenta por miles, así que las tareas siguen siendo penosas y enormes.