La amplia huelga anunciada, sobre todo en los transportes públicos se toma París. Los sindicatos de ferroviarios, profesores, estudiantes y chalecos amarillos, se unirán a la huelga general indefinida para protestar contra la reforma al sistema de jubilación, en un contexto de malestar social generalizado.
Punto Noticias: En un ambiente social cada vez más tenso, el proyecto del Gobierno francés de reformar el actual sistema de pensiones, la madre de todas las reformas prometidas por Emmanuel Macron, ha logrado cristalizar el malestar de numerosos colectivos que, en las últimas semanas, se han ido sumando a la huelga general convocada para este jueves 05 de diciembre por varios sectores, para principalmente oponerse a la desaparición de los regímenes especiales de jubilación. El Gobierno propone crear un sistema universal único por puntos que termine con los 42 diferentes regímenes actuales sin tocar oficialmente la edad legal de jubilación (62 años) pero modificando las condiciones de cotización.
Además de la compañía nacional de ferrocarriles (SNCF), están llamados a la huelga los empleados de la red de transporte público de la región parisina (RATP), los maestros, funcionarios municipales, departamentales y regionales, empleados del sector energético y de refinerías, personal de tierra de Air France y otros sectores como: Abogados, personal sanitario y estudiantes quienes secundan la huelga que se desarrollará el jueves.
Se espera que tenga también efectos en los transportes públicos fuera de París, en los controladores aéreos, taxis y servicios de ambulancias. Los policías también protestarán, así como el personal sanitario, que está en huelga desde hace meses. Los chalecos amarillos han anunciado movilizaciones.
El Gobierno de Emmanuel Macron se reunió en pleno, con carácter extraordinario el domingo 01 de diciembre por la tarde, para cerrar filas en torno a la polémica reforma de las pensiones –el motivo principal de la protesta–, analizar la estrategia a seguir y diseñar una agresiva ofensiva mediática de los ministros más afectados (los de Transportes, Interior, Economía y Sanidad) para influir en la opinión pública y minimizar en lo posible el impacto de la huelga.
Sin embargo el ministro de Acción y Cuentas Públicas, Gérald Darmanin, afirmó ayer en una entrevista con Le Journal du Dimanche que el Gobierno no cederá y la reforma seguirá adelante porque “estamos salvando las pensiones de nuestros hijos”. Esa misma firmeza se mostraba hace un año con la ecotasa de los carburantes y el Gobierno la acabó anulando ante la presión en la calle de los chalecos amarillos y los graves actos de violencia y vandalismo.
En 1995 la burguesía francesa intentó aplicar al sistema de pensiones una reforma similar y se enfrentó a una huelga general que paralizó absolutamente el país, motivo por el cual tuvo que retroceder y dejar sin efecto dicha reforma.
El temor del Gobierno de Macron es que el país quede medio bloqueado durante varias semanas, como ocurrió en 1995. El gobierno conservador de Alain Juppé, durante la presidencia de Jacques Chirac, también osó proponer cambiar el sistema de pensiones –para eliminar los más de cuarenta regímenes especiales para otros tantos colectivos–, pero finalmente tuvo que desistir. (C.D.A.)
Fuente:
El Periodico
La Vanguardia