Una vez más volvieron a agitarse las banderas guatemaltecas en el centro de Tegucigalpa pidiendo la dimisión del presidente Jimmy Morales, denunciado por financiación ilegal de su campaña electoral en 2015.
El ente de Naciones Unidas, financiado integralmente por los Estados Unidos, la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), están detrás de esta investigación y búsqueda de enjuiciamiento.
Ya se ha votado en el Parlamento sobre el retiro de inmunidad presidencial, para que la fiscalía pueda avanzar con la investigación sobre los posibles manejos ilegales de fondos del presidente, sin embargo, los diputados protegieron al presidente y se autoprotegieron, porque muchos de ellos también están implicados en la red de financiamiento de la campaña del Frente de Convergencia Nacional, el partido oficialista.
Desde el colectivo Justicia Ya, uno de los convocantes de la protesta, consideran que Morales “se aferra a un barco que se hunde” y que “está obstaculizando a la justicia”.
Los intentos del presidente por expulsar al titular de Cicig, Iván Velázquez, no hacen más que echar más leña al fuego. Tras el trágico incendio en el que murieron 40 niños en el centro de menores Hogar Seguro Virgen de la Asunción, la población quedó muy sensibilizada frente a los manejos espurios y la corrupción.
El 20 de septiembre muchos comercios hicieron un paro nacional reclamando la renuncia de Morales, todos los sectores del país comienzan a mostrar el enfado y hastío por el gobierno que obligó a que los congresistas frenaran las reformas del código penal que buscaban introducir para que los políticos pudieran evitar la cárcel pagando una multa.