La alerta fue señalada por el secretario de Territorio, debido a la crisis del Municipio.
Punto Noticias. La crisis política en el Municipio de Quito, por el poder entre Jorge Yunda y Santiago Guarderas, ha dificultado los procesos institucionales, admite el secretario de Territorio, Hábitat y Vivienda, Vladimir Tapia.
Necesitamos, dice, entregar las facilidades necesarias para que la ciudad siga avanzando, creciendo de una manera ordenada, con herramientas como el Plan de Uso y Gestión de Suelo (PUGS), cuyo plazo de aprobación concluye el 14 de septiembre, advirtió Tapia.
Si la Alcaldía no cumple este plazo, habrá repercusiones muy graves, como sanciones administrativas por parte de la Superintendencia de Ordenamiento Territorial, por lo que su tratamiento debe priorizarse en el Concejo Metropolitano, alerta.
Sobre el PUGS, el funcionario señaló que tiene un eje técnico y un eje participativo, con una estrategia de participación sumamente amplia, con el aporte de los actores urbanos, con más de 120 procesos y un año y medio de construcción de este plan.
Explicó que con la ordenanza que debe aprobar el Concejo, se aprueban dos documentos, el Plan Metropolitano de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PMDOT), complementado con el Plan de Uso y Gestión de Suelo.
El PMDOT establece la visión de ciudad a futuro, para las siguientes décadas, no para la presente administración ni para la próxima. Un modelo de ciudad se consolida, por lo menos, en cuatro o cinco décadas, por lo que es importante establecer esa visión para saber hacia dónde vamos, qué queremos hacer con la ciudad, apuntó Tapia.
Esto se complementa con el PUGS, que baja a territorio el PMDOT para asignar los usos de suelo, relacionados a la vocación de cada uno de los barrios, de los tejidos, y la zonificación, que es dónde y cuánto se puede construir.
A decir del secretario de Territorio, el presente plan está corrigiendo muchas fallas y errores que tienen los instrumentos de planificación anteriores. Por ejemplo, para los valles orientales o los sectores de residencia de baja densidad, se está ajustando el número de pisos que se pueden construir, el número de subsuelos que se pueden aprobar, que podía generar una distorsión en la planificación, en los barrios que necesitaban un entorno más tranquilo y familiar, que podían estar amenazados con actividades que no van con esos sectores.