Pese al poco presupuesto de los Gobiernos Autónomos Descentralizados del Azuay, han hecho un esfuerzo para redireccionar el dinero y apoyar con capacidades y herramientas a la Policía Nacional y las FF.AA., destacó Lloret.
Juan Cristóbal Lloret, prefecto del Azuay, aseguró que las actividades en su provincia se normalizaron, con excepción de la educación que continua en la virtualidad. En ese sentido destacó la unidad con la que han trabajado las autoridades locales y que ha permitido una coordinación con Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
“Hay fuertes controles al ingreso de la provincia, sobre todo las que nos comunican con el norte, la Amazonía y la Costa”, agregó.
Lloret destacó que en este momento el país requiere de unidad y de superar cualquier diferencia política, pues el enemigo común es la delincuencia organizada.
“Hay aportes importantes que hemos hecho con el alcalde de Cuenca y la Gobernación”, acotó.
El prefecto detalló que las autoridades locales han abierto un Comando Conjunto dentro la Mesa de Seguridad a fin de dar directrices y que las FF.AA. y la Policía tomen control de la ciudad de Cuenca y los puntos calientes.
“La respuesta ha sido positiva. Desde las autoridades locales hemos aportado para que las condiciones de las provincias se fortalezcan”, puntualizó.
Pese al poco presupuesto de los Gobiernos Autónomos Descentralizados del Azuay, han hecho un esfuerzo para redireccionar el dinero y apoyar con capacidades y herramientas a la Policía Nacional y las FFAA.
“Ambas instituciones se encuentran en una situación compleja. ¿Cómo pueden combatir a la delincuencia si no tienen equipos o capacidades operativas?”, cuestionó.
Juan Cristóbal Lloret detalló que en la primera reunión de la mesa de seguridad se conoció que, por ejemplo, las FFAA no tenían ni baterías para sus vehículos o neumáticos para movilizarse, lo mismo la Policía Nacional.
“La Prefectura entregó 30 motocicletas. En Municipio de Cuenca entregó vehículos y motocicletas. Es la única manera de mejorar la capacidad operativa”, puntualizó.
El prefecto del Azuay reconoció que el presidente de la República, Daniel Noboa, no solo heredó la crisis económica, sino también una situación de violencia profunda: “Todo esto arranco gracias al desmantelamiento del Estado”.