Editorial de Radio Pichincha
Si alguien logró prosperar en los dos años y medio que Don Guillermo va frente al país, es el crimen organizado. Esto es alarmante, pero lamentablemente es nuestra realidad.
Vivimos en un país controlado por bandas y mafias delincuenciales que hacen y deshacen a su antojo, sin ningún tipo de respuesta estatal y, luego de las nuevas revelaciones del policía que investigó el Caso León de Troya, Rodney Rengel, todo cobra más sentido.
El investigador denunció que existieron aportes económicos de parte de la Mafia Albanesa a la campaña presidencial de Lasso en el 2021 y no solo eso, sino que todo eso fue concertado y premeditado, ya que con la entrega de ese dinero se aseguraron varios cargos estratégicos en el Gabinete Presidencial como: el Ministerio de Agricultura, las Aduanas, BanEcuador y más.
Pero, las denuncias no terminan ahí. Rengel advirtió que la propia Policía intentó cerrar este caso, en el que se evidenciarían los vínculos de Lasso, su cuñado Danilo Carrera y Rubén Cherres con la Mafia Albanesa.
Además, alertó que en la investigación se evidenciaría que Bernardo Manzano, exministro de Agricultura de Lasso, fue puesto en el cargo por esta organización criminal con el fin de “aumentar los cupos de las exportaciones de banano de la Corporación Noboa y tener mayores posibilidades de enviar droga al exterior”.
Otra de las graves denuncias que hace Rengel es que, en el momento que se negó a archivar este caso, inició una persecución estatal en contra de él y su familia. Así como lo escucha, la propia fuerza pública y el aparataje estatal del “Gobierno del Encuentro” persiguieron al policía que denunció a la mafia albanesa y no a los miembros de esta organización.
Esto no solo debería escandalizarnos, sino que deberíamos estar aterrados, porque no solo existió persecución en contra de los policías que investigaron el caso; sino que, si hacemos un breve recuento, uno de los procesados y principales testigos en este caso, Rubén Cherres, fue torturado y asesinado a pocas cuadras de la residencia de Don Guillermo en la playa y varios periodistas que denunciaron el caso están exiliados, ya que existen amenazas contundentes en contra de su vida y la de sus familias.
Todo esto, a vista y paciencia de la Policía y Fiscalía que se preocupan más por la imagen de Don Guillermo que por atender estas denuncias.
Y, para ponerle la cereza al pastel, ninguno de los “medios tradicionales” cubrió las nuevas denuncias y revelaciones de Rengel. Ellos siguen con la ingrata tarea de tapar al que, por mérito propio, se convirtió en el peor gobierno de la historia. PUNTO