“Los archivos que hubieran podido documentar estos actos terribles e indicar el nombre de los responsables fueron destruidos o incluso no se llegaron a crear”, declaró el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, en referencia a los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia.
Reinhard Marx, el cardenal alemán admitió de esta manera la cobertura sistemática que se les dio a los abusadores en el seno de la institución.
La cumbre que se realiza en el Vaticano para luchar contra la pederastía deberá comenzar por abolir el encubrimiento y el apaño de los curas violadores.
“El abuso sexual de niños y jóvenes se debe, en una parte no insignificante, al abuso de poder de la administración”, manifestó el alemán dando otras señales de comportamientos a erradicar de la Iglesia.
Para Marx fueron las víctimas las que fueron reprendidas, silenciadas y expulsadas de las congregaciones y asumió la culpa de que “los procedimientos y trámites fijados para perseguir esos delitos fueron deliberadamente ignorados, e incluso borrados o anulados”. Y concluyó que con este comportamiento se pisotearon los derechos de las víctimas.
Sus denuncias duelen en un espacio donde se buscaba encontrar una postura de repudio a los abusos sexuales contra menores, pero sin hacer demasiadas olas. Lo cierto es que la cantidad de denuncias alrededor del mundo son tan grandes, que no se puede tapar el sol con la mano.
El cardenal pidió que se transparenten los números reales de estos casos. La Iglesia Católica alemana se disculpó oficialmente en septiembre pasado por los casos documentados de más de 3.600 menores agredidos sexualmente, en su mayoría menores de 13 años y que involucran a 1.670 clérigos.
Se calcula que el 30 % de la población alemana es católica, un poco más de 25 millones de personas. El Vaticano ha tenido a lo largo de su historia ocho Papas nacidos en este país.