Reconoció que cuando fue parte del Ejecutivo la Secom le tenía prohibido aceptar invitaciones a entrevistas con Radio Pichincha o medios cuestionadores al régimen.
Juan Manuel Fuertes, exsubsecretario de Gobierno, destacó que la acción política del régimen subyace en el síndrome de Hubris con el ego desmedido y el desprecio a la opinión ajena, al punto de que cuando existen críticas, su círculo se lo toma a personal y se enoja.
Fuertes mencionó que este síndrome lo padece el entorno que el presidente Guillermo Lasso escogió y que además no tiene experticia. Y pese a ello ese equipo era el filtro para cualquier decisión y resolución que se vaya a tomar.
“De tal manera que lo dicho por Pipo Laso era de conocimiento de todos”.
Fuertes explicó que hay dos categorías de gobernantes, el primero que es tecno-político y el otro el tradicional, este último se sustenta en el círculo de confianza entre el amiguismo y familiarismo, precisamente aquí se encuentra Lasso, dijo.
Asimismo puntualizó que el temperamento influye en la condición de liderazgo y basado en su experiencia cercana, aseguró que Lasso no es un hombre de libretos por tanto no se ajusta a las estrategias. “Uno pierde el tiempo”.
Juan Manuel Fuertes criticó el manejo político que le han dado a las denuncias de casos de corrupción, pues solo se han dedicado a dar palos de ciego sin atinarle a una. “Al parecer lo que tratan es de mojar la pólvora tratando de desestimar lo que anunció el medio digital La Posta”.
“El Gobierno ha perdido tanta credibilidad, tanto así que aún lo cierto queda en el campo de la mentira”.
Reconoció que cuando fue parte del régimen, la Secom le prohibió ir a medios de comunicación críticos, incluida Radio Pichincha. “Porque entiendo que el ejercicio de la democracia no implica escoger con quien se debe conversar sino que los medios se convierten en interlocutores entre ciudadanos y el poder”.