Editorial de Radio Pichincha
Tres hechos han ocurrido las últimas horas que dan cuenta de una pésima gestión internacional de la política exterior.
1.- Negados a eliminar la visa a Europa, la llamada Schengen, que es una concesión de los países del Viejo Continente, de acuerdo a las condiciones migratorias.
2.- Los tratados de Libre Comercio con China y México se han caído de a poco y acaban con las expectativas creadas por el actual régimen ecuatoriano.
3.- La concesión del asilo político por parte de Argentina para María de los Ángeles Duarte constituye un duro revés para todo ese conjunto de mensajes que lanzó el gobierno de Guillermo Lasso a través de su cancillería y los acuciosos voceros oficiosos que tiene entre periodistas y medios de la mafia mediática.
Así, como si nada, se vino abajo el trillado y ya cansón slogan de Lasso, ese que dice así, textual: “Más Ecuador en el Mundo, más Mundo en el Ecuador”.
Nada de eso ha ocurrido y, por el contrario, no llega la inversión extranjera, los tratados no se concretan por una pésima gestión y los grandes anuncios de eliminar la visa quedó en un bonito boletín y el canciller Juan Carlos Holguín queda como un principiante en diplomacia.
En otras palabras, los exportadores no tendrán nada que poner en los grandes mercados, tampoco podremos importar como locos todo lo que México o China nos iban a mandar sin impuestos. Es decir, en un año y medio han sido incapaces de concretar lo que anunciaron como uno de sus baluartes y puntales en el comercio exterior, a través de una diplomacia de poca monta.
¿Cuántas veces viajó Lasso a México y China? ¿Solo fue de paseo? ¿De qué sirvieron los anuncios? ¿Para perturbar las negociaciones?
Sí, pero hay algo más: Lasso y sus ministros creen que lo que dicen es la realidad, confunden deseos con realidad y hacen anuncios a partir de unas supuestas realidades que jamás se concretan.
Y casi al llegar al segundo año, todos saben, la cuesta se pone más empinada para acciones de este tipo. Ya verán.
En cuanto al asilo político a la ex ministra de Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte, han sido tan torpes en el manejo del tema, ideologizando todo, contaminando un hecho diplomático delicado y sensible. Como se dejan llevar por la mafia mediática, creen que en Argentina van a poder influir desde sus prejuicios y violentando los tratados internacionales. Más bien Alberto Fernández se demoró demasiado, pero ya en la práctica está dado el hecho y por más que invoquen barbaridades se debe dar el salvoconducto a ella, a su hijo, que tiene la doble nacionalidad y es un menor de edad. Ellos permanecen más de dos años en la residencia del embajador y lo único que falta es conceder el salvoconducto y resuelto el tema.
Ecuador queda muy mal, tal como en su momento lo hizo Lenín Moreno con Julian Assange. Por tanto, en vez de mejorar, de calibrar bien cada acción, meten la pata y cuando quieren sacarla le echan la culpa a Correa. Lo cual ya da risa. PUNTO