Un multitudinario festival en la Plaza Bolívar de la capital colombiana fue el cierre de la semana del Congreso Fundacional del partido político de los ex guerrilleros FARC-EP, que ahora son las Fuerzas Alternativas Revolucionarias del Común, manteniendo las célebres siglas.
Por el escenario pasaron bandas internacionales como uno de los hijos de Bob Marley, la chilena Ana Tijoux o los italianos Banda Basotti y la consigna política fue la misma “paz con justicia social”.
Rodrigo Londoño, alias Timochenko, fue quien hizo un discurso a los 1100 delegados de las FARC que participaron del Congreso, pero también, por no decir especialmente, hacia la multitud de simpatizantes que llegaron a la plaza. “El Estado sigue representando actualmente los intereses de un grupo minoritario, cuando debiera representar todas las clases y defender especialmente a la que lo necesita, o sea la gran mayoría de los desheredados. Proponemos a Colombia poner fin a tan amarga realidad”, dijo en un tramo de su alocución.
La paz estaba ocupando el lugar que antes ocupaba la violencia, el odio y la guerra en Colombia. El festival también se convertía en una suerte de redención colectiva que ponía el broche de oro a 53 años de historia de sangre y horror.
Por eso las lágrimas y por eso las rosas rojas que empuñaban cientos de simpatizantes de esta nueva oportunidad que se brinda a sí mismo el pueblo colombiano.
Los farianos llegados desde las zonas veredales no daban crédito a este evento en pleno centro de Bogotá y con tantas personas. De la clandestinidad a la centralidad de la política, a través de la consolidación del proceso de paz, que debe constituir la justicia transicional y debe garantizar la continuidad democrática en las elecciones del año próximo.
Una enorme diversidad se veía en la plaza, desde miembros de Voces de Paz y Marcha Patriótica, pasando por militantes del partido comunista clandestino o de otras organizaciones sociales, estudiantes, comunidades ancestrales, docentes, campesinos, periodistas, curiosos. Una impresionante constelación de confluencias. Incluidas, ¡cómo no!, las víctimas de la trágica guerra e integrantes de las Naciones Unidas que tanto han hecho para que llegara la paz.
Tras el congreso, los elegidos para presidir las bancadas fueron Iván Márquez en el Senado y Pablo Catatumbo en la Cámara de Diputados. La estrategia para construir la Nueva Colombia, en palabras de “Timochenko” es “dirigirse a los indiferentes”, involucrar en la política a los “desengañados con el sistema” que vuelvan “a creer en una alternativa nueva”.
Las FARC seguirán dando la vida por sus ideales, pero ya no con un fusil entre las manos, sino en el sendero de la democracia y la palabra.