Editorial de Radio Pichincha
Una de las mayores evidencias de un Gobierno que trabaja y actúa en función de las urgencias y de los temas importantes, se nota en los recorridos que hacen los ciudadanos. Pero parece que a la vista más ligera no hay nada, no se ve más que lo que ya se conoce: cero mantenimientos y, en consecuencia, deterioro de la obra pública.
Las lluvias que aquejan a Esmeraldas y Manabí en estos días son la mayor evidencia de que el Estado no existe o por lo menos no tiene la presencia necesaria.
Aunque suene a la misma trillada cantaleta, es claro que no decirlo también es ser cómplice. Y, sobre todo, es necesario exigir alguna acción inmediata. La gente no puede exponerse a una avalancha, deslave o desbordamiento sin saber a dónde ni a quién acudir.
La misma ministra de Educación de Don Guillermo alertó que 4 000 escuelas se verían afectadas por el fenómeno del Niño. Además, se espera que enfermedades como: el dengue, chikungunya, zika, diarrea y salmonella golpeen con fuerza en estos sectores.
Por eso, si los 400 millones de dólares que dijo don Guillermo se destinaron para atender esta emergencia están ya en manos de las autoridades y los operadores directos, parecería que en lo básico y urgente no se nota nada. Ojalá nos equivoquemos.
Pero para no cometer un error o una falta de apreciación objetiva, al menos se requiere información y comunicación efectiva. Pero ni lo uno ni lo otro. Nada se resuelve con un boletín o una cadena nacional, que más suenan a propaganda.
¿Se acuerdan de esa campaña intensa que se lanzó los días del juicio político? ¿Ahí si hubo recursos y algo de estrategia? Sí, era una urgencia personal del Presidente.
Hoy también hay información del paseo por Europa, pero de las urgencias de la gente, de las necesidades recurrentes de atención a las poblaciones que pueden afectarse más con las lluvias y con las que ya lo están sintiendo, parece que no existe nada.
Lo repetiremos, aunque les parezca cansón y reiterativo: urge salir ya de este Gobierno, pues las consecuencias y las secuelas las paga la gente. PUNTO