Editorial de Radio Pichincha
La Asociación de Bancos Privados del Ecuador emitió un comunicado que pasa a ser una loa a la desfachatez y un retrato de la codicia y al poco sentido de Patria. Al parecer, los banqueros son los más pobres del país, quienes menos han ganado y sobre todo los que más plata ponen en la obra social para todos los más necesitados.
Se oponen a un proyecto de ley que les demanda un reporte sobre las ganancias y utilidades, pero en su comunicado parecería que les van a quitar hasta el capital y el patrimonio. Y para ello se victimizan, como siempre lo han hecho cuando se necesita del aporte de las ganancias.
Según los dueños y socios de bancos privados, de aprobarse esa ley, la carga fiscal se elevará al 76 % y como consecuencia se reducirá su capacidad de generar crédito en un valor aproximado de USD 4 000 millones. Añaden que esto impactaría al financiamiento de los ecuatorianos. Y cualquiera se pregunta: ¿ahora se financia a los ecuatorianos desde la banca en las condiciones e intereses que hacen del crédito una de las herramientas del desarrollo y el impulso económico? ¿Cuántos empresarios, de los grandes y medianos, acceden al apoyo bancario sin pensar que solo en intereses se va buena parte de las ganancias obtenidas?
“Con menos crédito, habrá menos empleo, menos oportunidades para todos, menor crecimiento económico e irónicamente menos recaudación tributaria”, lamentan los banqueros, como si de su dinero (que en realidad es de los depositantes) dependiera o haya dependido la economía de estos años.
Pero hay un detalle que no siendo menor refleja y revela el descaro de los amigos y socios de Guillermo Lasso: dicen que en el proyecto de ley hay un sesgo ideológico. ¿O nos creen ignorantes, estúpidos o tan poco informados como para creer que la economía no tiene un sesgo ideológico y que la labor de los banqueros no tiene un sentido tan capitalista, neoliberal y de libre mercado o que es neutro y sin ideología de por medio?
Lo que queda claro es que los banqueros no pueden (como si lo hacen otros en el mundo) reducir su codicia y contribuir con algo de lo que se llevan de los depositantes. Nadie que tenga una cuenta de ahorros ha recibido de parte de la banca grandes beneficios por poner su plata en una entidad financiera de la Asociación de Bancos. Ya sabemos que poner plata ahí es casi una obligación pública, sino no le pagan los sueldos o no puede andar con efectivo por la calle.
Y todo esto ocurre cuando ya salieron los principales “agoreros del desastre” (es decir Osvaldo Hurtado y Joyce de Ginatta) a decir que se apruebe el incremento del IVA al 15%. Y son los mismos que cuando Rafael Correa lo puso para atender a las provincias de Manabí y Esmeraldas tras el terremoto de abril del 2016 se opusieron como si fuese el cataclismo universal.
Ay lo banqueros, dan pena, pues parecería que son tan pobres, pero tan pobres, que lo único que tienen en su vida es plata. PUNTO