Comunidades de Orellana y Sucumbíos denuncian un año de incumplimiento de la sentencia ganada. Exigen eliminar los mecheros petroleros de sus territorios.
«Tenemos la sentencia ganada, pero las autoridades no cumplen. Es una pena. Venimos a Quito a hacernos oír, marchamos con nuestras compañeras. Debajo de los mecheros se observa miles de insectos muertos, es un olor muy fuerte y feo, es un calor intenso, por culpa de los mecheros han fallecido varias personas», indica Scarleth Naranjo, una de las niñas demandantes que esperaba ser recibida o escuchada por alguna autoridad.
La historia legal, se inicia el 18 de febrero de 202, cuando nueve niñas amazónicas, de entre 6 y 12 años, presentaron una demanda constitucional contra el Estado ecuatoriano por violación de derechos humanos y ambientales, debido a mecheros petroleros que generan contaminación, malos olores e incluso la muerte de personas, animales y plantas.
🔴 #ATENCIÓN | Las niñas amazónicas se toman las calles de Quito para exigir la eliminación de 486 mecheros que provocan “contaminación y muerte” en las comunidades amazónicas de Orellana y Sucumbíos. @evelincaiza94 conversó con ellas. pic.twitter.com/68Mqk7pEGM
— Radio Pichincha (@radio_pichincha) March 12, 2024
Un año después, el 29 de julio de 2021, el Tribunal de Justicia de Sucumbíos emitió la sentencia a favor de esta denuncia que indicaba que «el Estado ecuatoriano vulneró el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, así como el derecho a la salud de las demandantes y de toda la población amazónica», pero hasta hoy, no existen soluciones ni reparación.
El abogado del caso, que marchó junto con las niñas, indicó que, la indignación llega por los falsos ofrecimientos y engaños. Indica por ejemplo que, PetroEcuador y el Ministerio de Energía y Minas afirman haber apagado 35 mecheros y eliminado 77. Sin embargo, 49 de los 77 ya estaban inactivos. «En los otros casos, el gas fue trasladado a otro mechero cercano, donde ahora se quema aún más gas», asegura.
Denuncia además que en ninguno de los sectores donde sí se apagaron los mecheros se remedió el daño ambiental. Razón por la que el agua y los alimentos continúan contaminados.