Ante la falta de compromiso del gobierno mexicano para terminar con las desapariciones y la persecución política en el país azteca, madres de personas desaparecidas comenzaron una huelga de hambre frente a la Secretaría de Gobernación en la capital mexicana.
Las madres llegaron de diferentes lugares del país y llevan en el lugar desde el miércoles.
Margarita López, madre de una joven desaparecida, cuenta a Milenio que ya “están hartas de tocar puertas” y de “hacer el trabajo sucio que las autoridades no quieren hacer de ir a las comunidades más lejanas, a los desiertos y a las barrancas de Guerrero y Michoacán, a recuperar los cuerpos (de sus hijos) con nuestras propias manos para sacarlos de fosas clandestinas y que vayan a parar a una fosa común”.
La necesidad de buscar a las víctimas de desapariciones se da luego de la aparición de grandes fosas comunes encontradas por voluntarios y familiares que enfrentan la impunidad y el abandono en el que se encuentran quienes padecen este flagelo.
Las mujeres piden que la Unidad Científica de la Policía Federal junto con la Procuraduría General de la República (PGR) “empiecen a hacer las confrontas de tomas de muestras de ADN para que saber a quién pertenecen esos cientos de cuerpos que venimos recuperando en los últimos siete años en el país”.
La huelga se convirtió en una medida extrema llevada a cabo luego de que el gobierno dificultara la reunión que se tenía que realizar adelante hace un mes con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, al no facilitarle pasajes de bus a las mujeres que no tenían manera de llegar por sus propios medios a la capital.