Editorial de Radio Pichincha
Ha sido todo un acontecimiento que la Policía del Ecuador ahora tenga municiones para las armas de sus miembros. La noticia parecería como si hubiese ocurrido un milagro, un milagro de la mano de don Guillermo.
Hoy por hoy podríamos celebrar este acontecimiento con champán, pompas multicolores y un buen desfile. ¿Y por qué no? Con otra condecoración del capi Zapata. !!Una medalla más para don Guillermo, por favor!!
Pero hay algo oscuro en esta celebración: el comandante de la Policía, el general Fausto Salinas ha dicho que desde el año 2014 no recibían municiones. Qué grave acusación y denuncia. ¿Por qué no lo dijo antes? ¿Por qué no lo denunció ante el presidente de entonces Rafael Correa o con el excelentísimo e ilustrado Lenín Moreno? ¿Y por qué no lo dijo ante don Guillermo al inicio de su mandato?
Ahora lo dice quizá porque juega a la política y sabe que a su jefecito hay que despedirlo lavándole bien la cara y endulzando toda su gestión.
Pero nacen otras preguntas: ¿Con tantas municiones ya se resuelven los problemas de fondo de la inseguridad? ¿Con tantas balas tendremos miles de delincuentes en las cárceles o tendremos por delante muchísimos de ellos heridos o quizá muertos? ¿Para eso será tanta bala en las pistolas de los 60 mil policías de ahora?
NO deja de sorprender un dato adicional: es verdad que ahora se ven más policías circulando por las calles, en algunas zonas urbanas. Pero por lo que se ve son jovencitos y SIN ARMAS. ASÍ COMO SE OYE: SIN ARMAS.
Paradoja de paradojas: tenemos ahora más policías, con lindos uniformes, pero no tienen armas. ¿Entonces quiénes van a usar esas balas y municiones en general?
Ya saldrán los defensores de don Guillermo a decir que ya mismo llegan las pistolas, revólveres y fusiles. Que solo hay que esperar que los trámites los haga bien don Diego Ordóñez o ese cónsul que anda por Ucrania haciendo buenos negocios.
De todos modos, HA OCURRIDO EL MILAGRO y en adelante las velas y los rezos de agradecimiento serán para un gobierno que en vez de producir las municiones en la fábrica Santa Bárbara acudió a EE. UU. para endeudarnos más, someternos más a los amigos gringos. Pero eso no importa, lo que ahora sí tendremos es balas, sin pistolas, pero balas que podrán ser lanzadas con catas o lanza piedras. PUNTO