Editorial de Radio Pichincha
Los operativos y todo lo que ha devenido del llamado caso “Metástasis”, ya lo habíamos dicho, no solo generan dudas, sino que ahora también perfila una dirección bastante preocupante para el sistema de justicia del Ecuador y la supuesta lucha contra la corrupción de la que tanto se jactan ahora quienes fueron impuestos por el “Trujillato”.
Se sobreentiende -al menos así nos quieren hacer creer- que todo lo que hacen es para limpiar del Estado al narcotráfico y a las bandas criminales. Y si fuese así, una depuración en la Policía y en las Cortes estaría bien. De hecho, Wilman Terán, ahora detenido, empezó esa depuración, pero no les gustó a los de la Corte Nacional de Justicia ni a la Fiscalía. Claro, no era una depuración que favoreciera sus intereses.
Y, por otro lado, no hay una sola pista que nos indique que los nuevos jueces, los nuevos fiscales y los nuevos mandos de la Policía estén en condiciones de actuar sin presiones ni atentados si las bandas criminales siguen impunes, no hay una sola de ellas desarticulada o al menos con sus cabecillas sometidos a un régimen penitenciario y a procesos de sanción y castigo judicial ejemplares.
Es más, tras escuchar la intervención de la fiscal Diana Salazar, en la audiencia de acusación y de los argumentos para pedir para unos prisión preventiva y para ciertos policías medidas cautelares en la casa, es notorio que la consistencia de esas supuestas acusaciones son como gelatina aguada, que se diluyen en un santiamén. Si quieren efectivamente luchar contra el narcoestado no podemos creer que todo se reduce a un criminal llamado Norero, que ya está muerto y de cuyo teléfono salen todos argumentos periciales y judiciales.
Norero fue asesinado en la cárcel, bajo custodia del gobierno de Lasso, en septiembre del año 2022 y todos los demás crímenes horrendos ocurrieron en 2023, con él, con Norero, ya muerto. ¿A quién quieren convencer de que detrás de los asesinatos a Agustín Intriago y Fernando Villavicencio estaba el mismísimo Norero?
O nos hablan claro, nos dicen qué mismo quieren con todo este espectáculo o nos muestran las evidencias y pruebas fundamentales para entender que ha empezado profundamente un combate al narcotráfico y al crimen organizado. Que quede fuera de toda duda que lo que en el fondo querían era anular el concurso de jueces de la Corte Nacional para poner a los suyos y que luego veamos que los crímenes siguen, las mafias actúan con impunidad y los operativos contra los actos delictivos no son anticipados por policías y fiscales corruptos y mafiosos.
Por más que cuenten con el apoyo de la Mafia Mediática y de esos sectores prevalidos de ser los únicos capaces de dirigir esta nación, lo que ahora importa es cuántas vidas se pueden salvar, cuántos negocios dejan de ser blanco de las “vacunas” y la seguridad ciudadana en todo su esplendor para vivir en relativa paz y sin riesgos para nadie. PUNTO