Editorial de Radio Pichincha
Es muy poco ético aprovecharse de la Muerte Cruzada para imponer un paquete económico neoliberal, cargado de intereses empresariales y privados, con lo cual, en pocos meses algunas billeteras se inflarán.
Y no solo se afecta a la ética pública, sino que exacerba las molestias y las angustias populares. Ya se habla de flexibilización laboral, de otros impuestos y hasta de reformas a la contratación pública. Ojo: esto último es muy delicado pues fue ahí donde se cometieron los actos que llevaron a don Guillermo al juicio político. Nadie se cree el cuento que se quiere reformar la Ley de Contratación Pública para mejorar su espíritu para un período tan corto, de tres o cuatro meses, que le quedan en el poder al banquero presidente.
¿Será que quieren aprovechar estos meses para los contratos que no pudieron hacer el año pasado y lo que va del presente? Muy sospechoso todo, de verdad.
Por responsabilidad pública, cualquier ley que quiera pasar ahora don Guillermo debería tener, al menos, un debate público, una explicación amplia y un diálogo con los sectores involucrados. Eso se llama ética pública. De lo contrario, no solo se alimenta la sospecha y la duda, sino también se deja abierta la ocasión para el peculado, ahora que no habrá fiscalización inmediata ni control político.
No nos olvidemos que, por ejemplo, en cuestiones de seguridad el señor Diego Ordóñez dejó en camino contratos multimillonarios, bajo la figura de emergencia, donde ciertos allegados suyos son los principales contratistas y beneficiarios. Solo por mencionar un tema, el de la seguridad.
Entonces, no hay que descuidar la atención ciudadana, pero también valdría la ocasión para alertar a las nuevas autoridades del Consejo de Participación sobre esto. Aunque ya vemos indicios de querer atacarlo, subestimarlo y hostigarlo con denuncias del apócrifo periodista Villavicencio y el aparato de la Mafia Mediática, que ahora harán su campaña de desprestigio porque no les gusta quien fue elegido como Presidente. PUNTO