La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) señaló ayer que desde el 25 de agosto, casi 600 mil rohinyás se refugiaron en Bangladesh para escapar de la violencia en Rakhine, Myanmar.
Además del gobierno bangladeshí, también organizaciones humanitarias intentan mejorar la situación de las familias que llegan al país, pero la capacidad de recepción está desbordada.
El lunes 23 de octubre Naciones Unidas ha organizado una conferencia de donantes, con la que se espera obtener los recursos necesarios para la protección y ayuda d ela minoría musulmana que debe abandonar Myanmar, para evitar la persecución violenta de la que están siendo objeto.
El plan preparado para recibir el éxodo de rohinyás se ha calculado en 434 millones de dólares, con los que se aspira a asistir a más de un millón de personas hasta febrero del año próximo. Hasta el momento solo se cuenta con un 26 % del total de los fondos requeridos.
El secretario general de la ONU, el portugués António Guterres ha manifestado la preocupación y la necesidad de frenar con las violaciones de los derechos humanos de los rohinyás y que se abra un canal de diálogo en Myanmar con las autoridades budistas.
El flujo de musulmanes que escapan de la limpieza étnica es permanente, en el día de ayer la Agencia para los Refugiados en Bangla Desh aceptó el ingreso de otras siete mil personas, pero siguen siendo miles las personas que permanecen en la frontera esperando huir de Myanmar.
Con información de Prensa Latina.