El noreste brasileño continúa envuelto en una violencia sin control desde hace 20 días. En el estado de Ceará se han producido más de 400 detenciones relacionadas con vandalismo y ataques a la propiedad, según los datos ofrecidos por las autoridades.
Ataques contra edificios públicos, vehículos y establecimientos comerciales comenzaron apenas iniciado este año y que tienen relación con clanes criminales que disputan el control dentro de las cárceles.
La Secretaría de Seguridad Publica y Defensa Social del estado de Ceará, informó que durante los últimos 20 días, 404 sospechosos han sido arrestados por las fuerzas de seguridad del estado, cuatro de ellos durante este fin de semana.
Las distribución de energía ha sido saboteada con cócteles molotov y otras agresiones, lo que obligó a la empresa Enel, encargada de la distribución energética de tomar medidas de seguridad propias y limitar el número de servicios y operarios en las calles.
En el municipio de Itarema, un autobús escolar y dos escuelas fueron incendiadas, en Jaguaruana, un camión de basura y otro autobús en la capital del estado, Fortaleza.
El presidente del país, Jair Bolsonaro, envió 500 agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad para intentar contener la ola de violencia y la Asamblea Legislativa aprobó un paquete de medidas de urgencia contra los ataques indiscriminados, que incluyen recompensas a quienes denuncien a los autores de los delitos.
El mandatario quiere que estos hechos sean considerados actos terroristas.