El nacionalismo de Vladimir Putin volvió a ser convalidado en las urnas rusas con un 76,6 % de los votos, en unas elecciones de alta participación, que superó el 67 % de las personas empadronadas.
56 millones de votos obtuvo en esta cuarta victoria electoral el ex funcionario del servicio de inteligencia ruso.
El boicot a las elecciones que se había anticipado, no fue tal y la participación ciudadana superó los registros anteriores pese al mal tiempo reinante en las principales ciudades del gran país nórdico, con temperaturas de menos 20 grados en Moscú y San Petersburgo.
En segundo lugar se ubicó el candidato del Partido Comunista de la Federación Rusa, Pavel Grudinin, quien se acercó al 12 % de las preferencias, incluso superando los 20 puntos en Altai y en Omsk. 8 millones de votos muestran que el comunismo no está extinto en la ex Unión Soviética.
El liberal-demócrata Vladimir Zhirinovsky, pese a haberse mostrado impresentable en los debates públicos, superó los 5,7 puntos. Knesia Sobchak, la única mujer que aspiraba a la presidencia se llevó apenas el 1,62 % de los votos y el también liberal Gregori Yavlinsky, apenas superó el 1 %.
Otros candidatos no pudieron alcanzar ni el 0,7 %, Maxim Surakin, Serguei Baburin, o Boris Titov, apenas descollaron con sus magros resultados.