Editorial de Radio Pichincha
Como que ya va siendo hora de discutir públicamente del sentido, significado y valor público de ser una autoridad ministerial. Quizá nos malacostumbramos, desde Moreno y Lasso, a creer que cualquiera puede ser ministro y hasta presidente. Lastimosamente la realidad nos dice eso. ¿O alguien tiene en mente a una figura gubernamental de esos dos exmandatarios que haya lucido por su excepcional gestión en cualquiera de las carteras de Estado?
Sería demasiado obvio pedir a cualquier ciudadano que diga las características y hasta requisitos para ocupar un ministerio. Sin duda diría: experiencia, capacidad, preparación académica, honestidad y ética. Pero no solo eso: un conocimiento del propio país, como elemental, ¿verdad? Pero parece que algunos y algunas ni siquiera conocen su país. ¿O ya olvidamos también que el inefable Lasso no sabía en qué provincia quedaba el río Upano?
Ya tenemos una larga trayectoria de malas experiencias en ministerios con sus titulares con altos niveles de precariedad intelectual y otros (que ahora viven en Washington) que usaron esos cargos solo para sus vendettas personales y políticas.
Ahora tenemos un “escandalillo”: la ministra de Ambiente, Sade Fritschi, es blanco de críticas en redes sociales después de que en un recorrido por la Amazonía confundió a esta región con un país por fuera de Ecuador el 2 de abril de 2024.
Y al darse cuenta, luego de que alguien de su equipo le corrige, dijo: “Me disculpo: o sea, mi fuerte es gestor de proyectos».
¿Mi fuerte es gestor de proyectos? ¿Una gestora de proyectos está para un cargo de tan alta responsabilidad?
Al otro día se grabó un video para corregirse, pero igual, de nuevo, como se dice vulgarmente: “la embarró”.
¿Qué dijo?: «Al Gobierno del nuevo Ecuador nos podrán atacar por errores insignificantes de nerviosismo, pero jamás por corruptos o incompetentes porque nosotros hablamos con resultados».
¿De qué resultados puede hablar la ministra de Ambiente? ¿O es una tomadura de pelo o cree que somos, en general, usuarios de redes sociales que, con un tuit, un video, al estilo de la “Primera Dama” ya nos contentamos?
No señorita ministra: usted recibe un sueldo y unas responsabilidades, delegadas del Primer Mandatario. A usted no la eligió el pueblo ecuatoriano. Usted se debe a los mandantes para resolver problemas y atender las demandas ciudadanas. PUNTO