Punto Noticias.- Pacho Gangotena conversó sobre la agricultura orgánica como una práctica subversiva. El entrevistado considera que, en el tema de la alimentación, hay envenenamiento. A la par, también cuestionó el etiquetado en los alimentos (semáforo para azúcar, sal, grasas).
Gangotena, por esa razón, asegura que no se dice nada del verdadero peligro que traen los alimentos que consumimos. «No hay control sobre eso».
Él dijo que, por ejemplo, los pollos reciben hormonas y antibióticos que ayudan al crecimiento. Hay. inclusive, empresas que producen pollos en tres o cuatro semanas. «Lo normal está en ocho o diez», aseguró. Sobre los tomates y los papas, hay una presencia terrible de fungicidas e insecticidas.
Gangotena, además, refirió el caso de Argentina y el uso de glifosato. Por el asunto de los transgénicos en la soya y en el maíz, se lanzan 300 millones de litros de glifosato desde el aire. En Brasil, primer productor de soya del mundo, es un poco más, dijo.
Ahora si se ve esa cantidad de litros por persona -prosiguió- en Argentina se lanzan 7 litros de veneno desde el aire por persona. En Costa Rica, está en trece litros; mientras que en Ecuador se lanzan tres kilos por persona.
Gangotena contó que tuvo esperanza en el gobierno anterior, por un cambio radical en el campo. Él conversó con algunos exfuncionarios como Javier Ponce, Carlos Vallejo, Ramón Espinel, entre otros. El entrevistado les dijo que se pueden eliminar todos los fertilizantes, químicos y los venenos en el país. La respuesta: tenemos que producir alimentos.
Sin embargo, el entrevistado dijo que una finca orgánica es posible. Contó su experiencia. Él tiene una finca de cuatro hectáreas donde trabajan 12 personas. Esa finca produce 92 toneladas y al año le da un ingreso de 210 mil dólares, en bruto. El 50% de ese ingreso va al pago de trabajadores, explicó.
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