En el día de hoy se vuelven a complicar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, al anunciar el gobierno norteamericano que reducirá a la mitad el personal en su embajada en La Habana.
La nota firmada por el Secretario de Estado Rex Tillerson habla de unos “ataques específicos” que no fueron explicados y que, según dice, están siendo investigados.
Para Tillerson se trata de mantener el número de funcionarios para casos de emergencia “hasta que el gobierno de Cuba pueda garantizar la seguridad de nuestros diplomáticos”.
Los Estados Unidos buscan un modo alternativo para ofrecer visado a los cubanos y cubanas que lo soliciten, ya que la embajada ha dejado de cumplir esa función.
La responsable de la cancillería cubana para las relaciones con Estados Unidos, Josefina Vidal, negó toda responsabilidad del gobierno cubano en la determinación del país del norte y consideró la decisión como “precipitada”.
El Departamento de Estado emitió una “alerta de viajes” en la que le recomiendan a la ciudadanía de su país “no viajar a Cuba” y lamentaron que el gobierno de la isla no haya sido explícito en los supuestos ataques con ultrasonido.
Esta decisión se toma luego de generar un profundo malestar en el pueblo cubano con la firma de nuevas disposiciones de bloqueo y sanciones contra Cuba, coincidiendo con el paso brutal del huracán Irma por la isla, lo que dificultará la reconstrucción de los estragos producidos por la catástrofe natural.