Editorial de Radio Pichincha
Por alguna razón esta coyuntura nos recuerda cómo en su momento Jamil Mahuad atravesó por las mismas circunstancias que vive ahora don Guillermo. Se le iban los ministros, los medios aliados se volvieron de un día para otro críticos y lapidarios, los periodistas más allegados le dieron la espalda y lo dejaron a la deriva.
En el año 1999, es difícil olvidar, los diarios quiteños, los canales vinculados a los grandes bancos y algunos radiodifusores ponían a Mahuad en el altar, le declaraban un héroe por haber firmado la paz con Perú, haber dolarizado la economía y, sobre todo, a muchos bancos que con sus quiebras no terminaron las fortunas de sus dueños.
Y ahora, algunos de esos periodistas de aquellos medios, instalados con grandes sueldos en las cadenas aliadas de don Guillermo, ciertos editorialistas y una que otra famosilla dicen que el actual Presidente ya se debe ir. En otras palabras: que renuncie antes de pasar la vergüenza del juicio político. Es más, ahora usan palabras fuertes para quien los sostuvo y los alentó desde hace más de 10 años para construir su plataforma mediática y electoral.
Por si fuera poco, también lo dejan los ministros clave como el canciller y el secretario de Comunicación. No olvidemos que se fueron, aunque siempre se sintió como una salida forzada, los allegados más cercanos como el secretario de la Administración, su consejero Aparicio Caicedo y algunos más que ya van rondando las dos decenas.
Pero ni todo eso explica la grave situación política de don Guillermo que en cada salida pública se hunde más. Y no solo porque sus expresiones, algunas mentiras monumentales y la tergiversación de la realidad lo retratan cada vez peor, sino porque en la encrucijada pierde la sensatez y la razón de ser de un ciudadano responsable.
Por ejemplo: ¿no va a decir nada del cruento asesinato de unos de sus amigos y allegados, como fue Rubén Cherres? ¿Nos va a explicar qué pasó con la búsqueda y “traída del cogote de su amigo Luque Lecaro? ¿Se están haciendo gestiones diplomáticas para que Argentina le otorgue asilo político en Buenos Aires?
Por supuesto, hay un peligro: generalmente quien no asume su realidad empieza el ataque y la reacción es virulenta. Por eso se entiende la campaña agresiva en redes sociales de esos fanáticos que amenazan con usar las armas contra los adversarios políticos, contra los periodistas y contra todo aquel que pida la salida de don Guillermo.
Además, tenemos a personajes siniestros en la Comisión de Fiscalización como el supuesto periodista Villavicencio y la señora Ana Belén Cordero, que ayer ya dieron muestras de que harán “HASTA LO IMPOSIBLE” por salvar a quien les puso en el Parlamento y por quien juran y rejuran que darán la vida para salvarlo del destino que la historia siempre otorga a quien mintió, ocultó, defraudó y hasta falsificó su propio relato político con tal de llegar al poder. PUNTO.