Contentaron al poder político y disminuyeron los operativos técnicos, incluso apareció un préstamo millonario para el censo, cuando ya había fondos. Hay opacidad, alertó.
Byron Villacís, economista y exdirector del INEC, señaló que no es lo mismo haber censado el 93% de viviendas que el censo poblacional, de ahí que en el caso de este último no hay transparencia ni la institución ha querido revelar los resultados.
Indicó que en un proceso de veeduría se aplicó un modelo matemático donde se combinó la información de las encuestas con lo que el INEC iba publicando, hasta ahí se evidenció que se censaron a 9 millones de personas, sin embargo luego se triangularon los datos con tres fuentes internas de la entidad, de tres distintas ciudades, y se confirmó que no se censó más allá de a 10.3 millones de personas, cuando el objetivo mínimo era censar a 18 millones.
“Ahora ¿Qué va a hacer? ¿Tratar de deslegitimar la cifra de 18 millones para salvar algo insalvable?”
Calificó a lo ocurrido como preocupante porque previo al proceso se advirtió sobre la problemática que se venía encima con un diseño mal organizado, una planificación mal ejecutada y errores administrativos y estructurales.
“La gravedad se vuelve más compleja, si ellos no aceptan los errores”.
Remarcó que el problema inicial ocurrió con la prueba piloto, pues se hizo en el cantón Limón Indanza, una ciudad pequeña que no refleja las realidades de Quito y Guayaquil: “De partida planificaron mal, era predecible que esto saldría mal”.
El segundo error, detalló, es el diseño institucional, pues la actual administración del INEC tomó la decisión de adscribirse a la Presidencia de la República y prefirió contentar el poder político, disminuyendo operativos técnicos, incluso dijo que le llamó la atención el préstamo millonario que adquirió la entidad cuando ya tenía fondos: “Hay poca transparencia. Algo que empieza mal termina mal”.
Sobre los censistas lamentó la poca importancia que le dieron a los seres humanos pues hubo denuncias de gente atropellada, asaltada, denostada y que siguen pidiendo el pago de noviembre.
Mencionó que les asignaron 15 viviendas diarias para garantizarles el pago, lo cual genera información de mala calidad: “Mucha gente miró un sticker de casa censada, cuando no fue así”.
“En términos técnicos ese censo no sirve para nada”.
Puntualizó que esa información es una base importante para impulsar encuestas en cuanto a la desnutrición infantil o el empleo para los próximos diez años: “No tienen idea la gravedad del problema y encima con plata ejecutada de un préstamo que no hacía falta”.