Editorial de Radio Pichincha
Luiz Inácio Lula da Silva será, de nuevo, Presidente de Brasil desde enero próximo. Y con un estrecho margen, la victoria es muy significativa, potente, como lo han sido los otros triunfos en Perú, Chile y Colombia, en estos últimos meses.
Y no es menor la victoria, tomando en cuenta que Lula estuvo más de 500 días preso, injustamente, bajo un ataque orquestado desde los medios, la justicia y los poderes económicos oligárquicos de Brasil.
Incluso, todo ese aparato trabajó en esta campaña para deslegitimar al candidato de izquierda, desvirtuar la decisión de jueces y tribunales, además de acentuar los fantasmas que se reproducen en otros países de América Latina.
Además, el triunfo de Lula nos da un mensaje claro: la persecución judicial no tuvo otro objetivo que impedir el retorno de la izquierda y, sobre todo, del candidato y expresidente que más hizo por los pobres y por la igualdad social y económica. Y esa persecución tiene un modelo que también se aplicó en Argentina contra Cristina Fernández y con mayor fuerza en Ecuador contra Rafael Correa y Jorge Glas.
Aquí no hay dudas: ES EL MISMO MODELO, LAS MISMAS PRÁCTICAS Y CON UNA COORDINACIÓN CON LA MAFIA MEDIÁTICA.
Lula le ganó, paradójicamente, a un presidente en funciones, Jair Bolsonaro, que ha sido el responsable político de alrededor de 800 mil brasileños muertos en la pandemia, con la entrega de la Amazonía a las mineras y a las empresas forestales más poderosas del planeta.
Y ese mismo presidente sostuvo y reafirmó la persecución judicial con una catarata de fake news o noticias falsas en estos años, tal cual lo hacen por acá asambleístas, pseudo periodistas de investigación y mandatarios como Lenín Moreno y Guillermo Lasso que hasta ahora no prueban sus acusaciones y, al contrario, quedan en ridículo frente al mundo.
Lo que ha hecho ayer Brasil es una lección de doble sentido para América Latina.
1.- Se puede derrotar a la persecución en DEMOCRACIA, con votos, con la participación activa de los pueblos y luchando con la verdad contra los medios y periodistas agentes y actores del Nuevo Plan Cóndor.
2.- América Latina respira, otra vez, el sueño de retomar la integración. Todos los presidentes que tumbaron la UNASUR y que formaron ese pestilente Grupo de Lima, para reconocer a un tal Juan Guaidó como presidente “ENCARGADO” de Venezuela, han sido derrotados en las urnas y ocupan un lugar privilegiado en el basurero de la historia.
Ahora corresponde estar alertas. La derecha rabiosa y neofascista no quedará quieta. Volverán con nuevos y macabros métodos para recuperar el poder, tal como lo hacen por acá quienes se creen blancos, morales, ultra puros y castos, que ejercen su racismo y xenofobia sin vergüenza alguna. PUNTO