Por vigesimosexta vez se debatirá en la Asamblea General de las Naciones Unidas el bloqueo económico contra Cuba. Será la mayor de las Antillas quién se encargará de presentar el pedido del levantamiento de las sanciones criminales contra el pueblo cubano.
El bloqueo económico, comercial y financiero ha asfixiado a la isla desde 1962 y los Estados Unidos se ha negado a acatar las resoluciones de la ONU en 25 oportunidades. Cada vez resulta más grosero y desubicada su posición contraria al derecho internacional y la diplomacia global.
Se calcula que las afectaciones económicas ascienden a 822 mil 280 millones de dólares. Solo de abril de 2016 a junio de 2017 las pérdidas llegaron a 4.305,4 millones de dólares, de acuerdo con el texto presentado por el ministerio de Relaciones Exteriores cubano.
En 2016, 191 países votaron en favor del fin del bloqueo contra la isla, mientras que dos países se abstuvieron: Israel y el ejecutor del genocidio, Estados Unidos.
Desde 1992 se decide cada año que debe levantarse el bloqueo contra Cuba y desde que entramos en el siglo XXI, solo acompañaron a Israel y Estados Unidos en la negación de este acto de justicia humanitaria las Islas Marshall y la isla de Palau, dos colonias estadounidenses.