Se conmemoran 101 años de la masacre del 15 de noviembre de 1922. En Guayaquil se han organizado una serie de eventos.
Punto Noticias. La trascendencia política y social del 15 de noviembre de 1922 en el Ecuador alcanzó tal nivel, que se puede afirmar que ese día transformó al país.
La masacre de los trabajadores, la consolidación del poder oligárquico y plutocrático y los incompletos procesos de memoria y denuncia social, del que nos salva la literatura gracias a las “Cruces Sobre del Agua” de Joaquín Gallegos Lara nos trajeron hasta hoy: a 101 años de ese parteaguas.
¿Qué nos queda por destacar?, la resistencia del movimiento sindical que exige sus derechos frente a empleadores y la satisfacción de que esta conmemoración ahora tenga como núcleo a la ciudad donde ocurrió el hecho.
Hoy el Municipio de Guayaquil prepara una jornada de resistencia, que incluyen narraciones, música y conversatorios, a realizarse tanto en el museo municipal de la ciudad, como en el colegio Ana Paredes de Alfaro.
Seguro sonará el tema que aquí les ponemos para compartir, un tema en cuyo coro se resume el espíritu de este día: “Soy enemigo del matón, del fascista y el ladrón”. En la voz de Hugo Idrovo, cantante ecuatoriano, esta queja memoriosa logra esa vibración: la fuerza telúrica de la memoria.