Según las mediciones de la encuestadora, el 93 % no cree en la palabra del presidente Moreno.
Punto Noticias. A criterio de la analista política Paulina Recalde, el proceso electoral ha transcurrido en el marco en el que se ha desarrollado el presente período de gobierno, en un marco de incertidumbre, de crisis democrática, institucional.
Anota que uno de los elementos que configuran la crisis democrática es la disputa entre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), con la intervención, incluso, de la Corte Nacional de Justicia.
En su opinión, el acuerdo suscrito entre las autoridades de los organismos electorales no termina de resolver la pelea, porque, si bien es cierto que se fijó que no se postergará el proceso electoral, todavía no se sabe si Álvaro Noboa será candidato presidencial o no, ya que no hay una papeleta oficial.
Recalde, alerta que no hay que perder de vista que estamos en un proceso electoral en el marco de un nuevo estado de excepción, sustentado en la misma causa que los anteriores, a pesar de que la Corte Constitucional resolvió que el Ejecutivo no podrá renovar apelando a los mismos antecedentes.
La analista considera que este contexto ha agudizado aún más el pesimismo en los votantes pues el 94 % de ciudadanos, de Quito y Guayaquil, cree que el país va por el camino equivocado.
Señaló otros datos: las preocupaciones de las personas frente a la crisis sanitaria tienen que ver con el riesgo de contagiarse, que es lo primero que es mencionado; pero también respecto a la pérdida del trabajo, falta de dinero en casa, posible colapso del sistema de salud, la crisis económica del país, en general.
En este entorno, Recalde cree que las demandas de los ciudadanos a los candidatos van a ser más profundas, respecto a las alternativas que presentan para enfrentar esta situación, no solo en el campo de la salud, sino también en el económico.
Respecto a la evaluación de la gestión del presidente Lenín Moreno, la ejecutiva de Perfiles de Opinión manifestó que el 90 % de ciudadanos, en Quito y Guayaquil, califican de mala la administración; es decir, apenas el 10 % considera que es buena; el 7 % cree en la palabra del mandatario, el 90 % no le cree.