En promedio general, 6 niñas violadas son madres cada día en el país, según encuesta del INEC, elaborada en 2018.
Punto Noticias. 6 niñas de 10 años, 11 niñas de 11 años, 61 niñas de 12 años, 418 de 13 años, más de 1.500 niñas de 14 años fueron madres en Ecuador. Estas cifras corresponden a 2018, el último año que el INEC realizó esta encuesta.
El doctor Wilfrido León, obstetra ecuatoriano, presentó estas alarmantes cifras en la Comisión de Justicia, donde se construye el proyecto de Ley para interrumpir el embarazo en casos de violación.
Carrera explicó que un 75% de las mujeres en el país ha sufrido un tipo de violencia. De las cuales, un 33% reportaron violencia sexual.
Al analizar los grupos vulnerables, que tienen menos capacidad de denuncia y toma de decisiones, el porcentaje no varía: el 31% de mujeres entre los 15 a 17 años sufrió este tipo de violencia.
Esta realidad se exacerba cuando se reduce la edad, dejando en un promedio general que 6 niñas violadas son madres cada día, según la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres – ENVIGMU, de 2018.
El médico recalcó que los embarazos no planificados, no deseado y más si es producto de violencia, debe ser considerado de alto riesgo. “Traerán una serie de circunstancias que pone en riesgo la salud y vida de las mujeres”, agregó.
Dijo que hay varias consecuencias médicas cuando se atienden embarazos de violencia en menores de 15 años: anemia, prematurnidad, problemas de preeclampsia por la juventud de las mujeres, nutrición deficiente, depresión posparto, así como el aumento de morbilidad y mortalidad por causas obstétricas como hemorragias, que son más frecuentes. Por lo que advirtió que la mortalidad perinatal es 2 a 3 veces más que en mujeres de 20 a 29 años de edad.
Sobre los plazos para la interrupción del embarazo, en estos casos, dijo que no pueden ser restrictivos y ser lo más amplios posibles, tomando en cuenta la realidad de las pacientes. “Mientras más restrictivo sea el plazo, menos aplicación de la Ley podremos tener. El temor es que frente a estas barreras: maternidad forzada, objeción de consciencia, demora en el procedimiento, judicialización y la revictimización un aborto seguro empieza a perder esta característica”, acotó.
Aclaró que la interrupción del embarazo segura son prácticas de bajo riesgo y no implican un riesgo mayor para la usuaria.