La madre aseguró que el daño provocó que el niño tenga fuertes ataques epilépticos.
Tras el dictamen acusatorio presentado por la fiscal Patricia Muñoz, de la Unidad de Personas y Garantías No. 3 de Quito, se pidió al Juez de la Unidad Judicial Quitumbe (al sur de la urbe) que dicte auto de llamamiento a juicio contra la docente Jessica, por el delito de actos de odio contra un niño de 5 años con autismo, a quien la maestra habría infligido castigos corporales en múltiples ocasiones.
“Me pinchó la profe Jéssica con una aguja”, fue uno de los testimonios que constan en el informe de la pericia psicológica practicada la víctima en la Unidad de Atención y Peritaje Integral (UAPI), y que la fiscal a cargo del caso presentó en la audiencia. Los investigadores además determinaron que la experiencia de violencia vivida por el niño en el entorno educativo provocó que él se ausente de sus clases por un tiempo prolongado tras los periodos de crisis epiléptica que experimenta el menor como parte de su condición.
Como parte de los elementos primarios en la formulación de cargos, se mencionó a la denuncia presentada por el entonces director Distrital, el 15 de mayo de 2019 donde se explicó que la madre del niño había notificado correctamente que el pequeño tenía una condición de autismo que requería una atención especial por parte de la profesora Jéssica.
Sin embargo, la madre rápidamente comenzó a notar que su hijo presentaba huellas de violencia ocasionadas con una aguja, presuntamente provocadas por la procesada.
Debido a este lamentable suceso, la docente que laboraba en una institución al sur de Quito, ya fue suspendida mientras se efectúa el proceso penal; y en los próximos días se fijará la fecha y hora para el desarrollo de la audiencia de juicio, donde se tendrá que demostrar la existencia del delito y la responsabilidad de la acusada.
En Ecuador el delito de actos de odio está estipuulado en el artículo 177 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). Este tipo de delitos, no son delitos comunes, son delitos motivados por prejuicios o fobias que dañan a personas y son delitos que causan un gran impacto en comparación con el delito común. Así, los delitos de odio difieren de los delitos ordinarios no sólo en la motivación del infractor, sino también en el impacto sobre la víctima, ya que están pensados para intimidar a la víctima y a la comunidad de la víctima sobre la base de sus características personales.
Redacción Ángel Cóndor