En los últimos 540 millones de años, la Tierra ha registrado cinco episodios de extinción masiva causadas por fenómenos naturales, pero esta vez el protagonista es el ser humano.
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts predicen el inicio de la sexta extinción masiva a partir de un estudio matemático basado en las emisiones de carbono. El evento, de acuerdo al estudio, dependerá del momento en el que el océano llegue a absorber una cantidad crítica de carbono, cifrada en 310 gigatoneladas (310.000 millones de toneladas).
Se estima que ocurrirá alrededor del año 2100, debido a la actividad humana, aunque la fecha exacta de cuando sucederá esto es inexacta y difícil de predecir.
Daniel Rothman, profesor de geofísica del Departamento de Ciencias Atmosféricas y Planetarias y codirector del Centro Lorenz del MIT, ha identificado los «umbrales de catástrofe» en el ciclo del carbono. Rothman ha trabajado en la extinción del Pérmico, la más severa en la historia de la Tierra, en la que desaparecieron más del 95% de las especies marinas en todo el mundo. El científico ideó una fórmula basada en principios físicos relacionados con el funcionamiento del ciclo del carbono, que depende fundamentalmente del balance entre la fotosíntesis y la respiración.
Rothamn identificó 31 eventos en los últimos 542 millones de años en los que hubo un cambio significativo en el ciclo de carbono de la Tierra por causas naturales. Según las predicciones, en 2100 el ciclo del carbono del planeta estará cerca o ya más allá del umbral de la catástrofe.
Una investigación publicada en la revista Biological Reviews también habla sobre el declive a escala global de la biodiversidad animal que representa una de las consecuencias más alarmantes de los impactos humanos en el planeta. Revela que una cuarta parte de las especies animales del mundo están actualmente en peligro de extinción y el 1% han sido declaradas extintas. Millones de poblaciones han desaparecido solo en los últimos 100 años.
Las extinciones son el resultado de procesos progresivos de disminución de la población hasta un ‘punto de inflexión’ donde se alcanza el grado de colapso demográfico que impide que una especie se recupere.
Las circunstancias que desencadenan la aparición de estos procesos de declive son múltiples, pero tienen en común una alteración en las interacciones entre las condiciones ambientales.
A nivel mundial, el 48 % (23–76 %) de las especies animales incluidas están experimentando una disminución de la población, el 49 % (23–76 %) permanece estable y solo el 3 % de las especies están experimentando un aumento de la población. Las proporciones de cada una de estas tres tendencias de población (más la categoría desconocida) difieren entre los grupos de animales.
La trayectoria de la defaunación global continúa a un ritmo acelerado, y a pesar de los crecientes llamados a la mitigación inmediata de la pérdida de biodiversidad, el inicio de una extinción masiva sigue en marcha [con el 48 % (23–76 %) de las especies con tendencias poblacionales conocidas experimentando declives, y solo el 33 % (17–65 %) de las especies actualmente están clasificadas como no amenazadas.
Los efectos de la urbanización, la agricultura, ganadería industrial, la tala de bosques y la emisión de CO2, entre otras acciones, aceleran la pérdida de la biodiversidad por el calentamiento global, la desertización o la contaminación de océanos y ríos. La sexta extinción masiva de especies tiene como principal protagonista a los seres humanos, y los científicos alertan de un ‘punto de no retorno’ si no se toma medidas a tiempo.
Redacción: Gabriela Calán