Reportaje especial: un equipo de Radio Pichincha fue a la búsqueda de la rana de cristal en Napo y encontró cómo esta especie sobrevive entre graves amenazas a su hábitat.
Video: Rana de Cristal Rulyrana Flavopunctata encontrada en julio 2023 en la zona de Cotundo, Napo.
Fotografías y videos: Angélica Mendoza.
A través del cuerpo de una rana de cristal se devela la faz de un monstruo: la minería informal de oro. Las ranas de cristal (familia Centrolenidae) son unos batracios arbóreos de América del Sur y Central, cuyo vientre es una ventana hacia los sistemas digestivo y sanguíneo.
Talag, parroquia de Tena en Napo, provincia amazónica a seis horas de Quito, es el lugar donde se desarrolla esta historia. En Napo, el oro está al ingresar a la capital provincial, donde más de 100 retroexcavadoras incautadas a los mineros informales se deterioran a la intemperie. Está también en la zona urbana donde el mineral se negocia a 42 dólares el gramo, pero, sobre todo, está en las aguas del río Jatunyacu a unos 20 minutos de Tena, donde la actividad minera ha dejado decenas de fosos en las riberas, fruto del trabajo de brazos mecánicos y máquinas de filtrado por vibración llamadas “zetas”.
La actividad minera informal se incrementó en un 300% después de la pandemia, según un documento de la organización Monitoring of the Andean Amazon Proyect. de marzo de 2023. En dicha investigación se afirma que la minería en Napo creció en 300% en relación a 2015”.
Entre las causas de este incremento se encuentran: debilidad de los controles ambientales estatales y falta de transparencia.
Este diagnóstico fue particularmente notorio entre noviembre de 2020 y febrero de 2021, cuando más de dos mil “bateadores” de oro comenzaron a remover la tierra a vista y paciencia de las autoridades que intervinieron luego de 104 días para incautar la maquinaria y cerrar el ingreso a una zona llamada “La Isla”. Los operativos combinados de la Fuerza Pública impidieron el trabajo de los informales, que se trasladaron a otros sectores.
Entre las consecuencias ambientales, según la organización Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP), se cuenta el que a orillas del río Yutzupino, 25 comunidades todavía beban agua con: mercurio, cadmio, plomo, zinc y arsénico, lo que representa un gravísimo daño para su salud.
Lo descrito es apenas una fracción de todo lo que se observa a través de una rana de cristal. En Ecuador habitan 65 de las 164 especies catalogadas de la familia Centrolenidae; de ellas, al menos diez están en grave amenaza, en especial, las del norte del Ecuador y la amazonia.
La revista Proceedings of the National Academy of Sciences, (PNAS), presentó un análisis de la transparencia en estas especies. Al parecer, este rasgo evolutivo modifica el perfil de rana frente a serpientes, búhos y aves rapaces, sus principales depredadores.
Entre las ranas de cristal destaca una subfamilia de treinta y siete miembros, llamada Hyalinobatrachinae y de ese grupo, uno muy especial: la rana Hyalinobatrachium yaku. En ella es posible observar el bombeo de sangre desde el corazón hacia la periferie. Esta rana habita en Napo y Orellana en la Amazonía. Su nombre se debe a su estrecha relación con el agua: Yaku se traduce del kichwa al castellano como “agua”.
Su catalogación ha sido una tarea compleja. No se encuentra entre las especies amenazadas por falta de datos sobre su distribución geográfica o tamaño poblacional. Ni siquiera se conocen los huilli-huillis (renacuajos en kichwa). Se sabe que las crías crecen y se desarrollan totalmente en el agua y para hacerlo, ríos y cascadas deben ser prístinos, hay que recordar que las ranas respiran a través de la piel.
Juan Manuel Guayasamín es el biólogo y catedrático investigador de la Universidad San Francisco de Quito, USFQ, quien, junto a otros científicos, bautizó esta especie en los años noventa. Los primeros ejemplares se encontraron en Ahuano-Napo a cuarenta minutos de Talag.
En su artículo «A marvelous new glassfrog», publicado en 2017 en la revista ZooKeys, escribió: “Yaku se diferencia de todos sus congenéricos por una serie de puntos mediodorsales color verde oscuro en la cabeza y el pericardio transparente y un canto tonal con una duración de 0.27–0.4 s, con una frecuencia dominante”.
Las amenazas de conservación para H. yaku incluyen la destrucción y/o contaminación del hábitat debido a actividades mineras y petroleras. La explotación petrolera en Ecuador se centra en las provincias de Orellana y Sucumbíos, mientras que en Napo se encuentra la minería.
A la búsqueda de este ser de cristal
Nuestro equipo -periodista y fotógrafa- fue a conocer a la rana de cristal en su hábitat. Días antes, el biólogo nos advirtió que la búsqueda sería una experiencia fascinante y la verdad, no se equivocó para nada.
“¿Rana de cristal?, sí he escuchado”, dijo Juanito Alvarado, un guía kichwa que nos recibió en Talag. A principios de abril de 2023 caminamos hacia Dumbiki Wasi, (La Casa del Tucán), un emprendimiento dedicado al turismo ecológico de ruta. El río Talag nos dio la bienvenida. Este cuerpo de agua, de unos veinte metros de ancho, nos separaba de la selva.
Juanito Alvarado mantiene un emprendimiento ambiental en una zona rodeada de minería.
Colocadas las botas de caucho caminamos casi cuatro kilómetros. La zona cuenta con más de catorce cascadas donde suelen esconderse las ranas.
El camino estuvo repleto de raíces que se entrecruzan sobre el suelo. Nuestra caravana era diminuta comparada a la soldadesca de hormigas cortadoras de hojas.
En la noche, encendimos micrófonos y oídos, al instante alucinamos. Aves, sapos, monos y águilas harpías participaban de un coro multitudinario.
Ya en la madrugada apareció el sonido anhelado: un silbido afilado. Aquí se puede comparar el audio conseguido en nuestra expedición y una en la que participó el doctor Juan Guayasamín en 2016.
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A la búsqueda de la rana de cristal. Audio en Talag, abril 2023. «Las ranas se toman la noche».
Hylanobatracium Yaku. Obtenido en Ahuano-Napo en 2016. Audio: Dr. Juan M. Guayasamín. La rana se escucha en intervalos de siete segundos.
Con las linternas alumbramos el lugar. Buscamos en el envés de las hojas donde los machos cantaban, como a pie de la orilla, como nos indicaron en el Centro de Investigación y Conservación de Anfibios «Jambatu» en Quito, durante una visita previa. Ubicamos ranas arlequín, uno de los grupos más amenazados del mundo; H. Yaku estaba por ahí, aunque no logramos la fotografía anhelada.
Temprano por la mañana, Juanito nos condujo a una zona alta. Dominamos una gran superficie de 10 kilómetros. La mancha verde se extendía hasta donde llegaba la mirada, sin embargo, había oquedades entre la selva. “Es la minería”, dijo Juan.
En 2018, la presencia de minerales auríferos atrajo a los primeros informales y transnacionales chinas. La sospecha de que toda la zona se encuentra asentada en yacimientos de oro desató la fiebre de los años 2020 y 2021.
Los mineros recurrieron a retroexcavadoras para cavar pozos de hasta diez metros de profundidad, la tierra removida fue separada, a través de “zetas” que son clasificadoras de materiales pétreo a presión de agua.
El mercurio se utiliza en la última etapa del proceso para formar amalgamas de oro, unas “esponjas doradas”, que luego son guardadas en un depósito llamado “la caja”, que los mineros resguardan con su vida (literal).
El metal pesado que se utiliza en Napo viene del Perú y cuesta 300 dólares el frasco de 2500 mililitros, dice Pepe Moreno. “Un minero informal utiliza al menos una botella por día”, agregó.
De acuerdo a datos de la Agencia de control minero, se necesitan 5 gramos de mercurio para tener uno de oro, “además se requiere mover 6 toneladas de tierra y más de mil litros de agua”, calculó Moreno.
Al día en Napo se produce casi un kilogramo de oro por métodos informales como por obra de las más de 43 concesiones mineras entregadas por el Estado en la zona, esto según un artículo del medio nacional Primicias de noviembre de 2022.
La organización, “Napo Resiste” calculó que más de dos mil bateadores extrajeron al día entre seis y ocho gramos de oro por persona en los 104 días, lo que representaría unos 13 millones de dólares. “Y lo peor es que en las comunidades no hay ningún progreso: una vía, una escuela, más bien la gente se ha marchado”, sostuvo Pepe Moreno.
“La Isla” es ahora parte de la concesión de la empresa china Terraearth. La actividad minera informal, igualmente según José Moreno, se extendió a la cordillera que conecta con los ríos Sardinas, Pioculín y Sapallo, todos circundan la parroquia de Talag, donde también aparecieron zonas de lavado.
La rana de cristal está flanqueada de minería. Tras dos días de búsqueda regresamos a casa: H. Yaku se mantuvo en el dosel, sin embargo, el guía se comprometió a seguirla buscando.
Casi un mes después recibimos una foto del interior de una caverna, en la parte superior se observaba un saco transparente lleno de huevos.
Renacuajos rana de cristal, localizados en Cotundo, junio 2023. Video de Juanito Alvarado.
“Son de rana de cristal”, confirmó el doctor Guayasamín. A inicios de julio regresamos a Napo, esta vez a las inmediaciones de la parroquia Cotundo a 18 kilómetros de Tena. En la zona exploramos una larga ladera que terminaba en una cascada que bañaba las rocas. Encontramos, luego de una hora, dos sacos de huevos cristalinos repleta de renacuajos, y, a solo treinta centímetros y entre en el barro, una rana de cristal.
Los científicos Juan Guayasamín y Andrea Terán, del Centro Jambatu, confirmaron que se trataba de un ejemplar de Rulyrana Flavopunctata. No dimos con H. Yaku, pero sí a una prima cercana. Prima, que según la página Bioweb, de la Universidad Católica del Ecuador, carece de estudios sobre sus poblaciones.
La rana de cristal de la amazonia sigue reproduciéndose. Es urgente que nuevos periodistas y científicos difundan las amenazas que enfrentan.
En 2018, el Fondo Mundial para la Naturaleza, (WWF) determinó en el documento “Ríos Sanos, Gente Sana” “que la contaminación por mercurio es irreversible y difícil de contener (…), puede causar importante daño en términos neurológicos y de desarrollo en diferentes especies”.
Ya en 2020, las amenazas a la vida de las ranas arlequín y nodriza, (en peligro de extinción), fueron el principal argumento en la batalla legal en contra de la industria minera a gran escala en Llurimagua en la cordillera del Toisán, (Sierra Norte-Imbabura). En esa oportunidad, organizaciones ambientales ecuatorianas determinaron que un cambio en el nivel de PH en el agua genera anormalidades en renacuajos y “una reducción progresiva de la riqueza, diversidad y abundancia de anfibios”.
No existe todavía un estudio específico sobre los efectos de mercurio sobre ranas de cristal en el Ecuador, como lo confirmó en entrevista la bióloga Andrea Terán. Las ranas de cristal, maravillas transparentes, se aferran a la vida en cascadas y ríos, a pesar de todo y de todos.
Entrevista a doctor Sebastián Guayasamín de mayo 2023. «Las ranas son medidores de la calidad ambiental.
La ciencia aprende de los anfibios
– En un estudio publicado en la revista Science, se menciona que las ranas de cristal pueden concentrar la sangre en el hígado durante el día. Se estudia cómo pueden hacerlo sin generar coágulos.
– El biólogo Sebastián Guayasamín describió el género Sachatamia, que en kichwa significa selva y lluvia.
-El oro, una de las amenazas de esta especie, también bautizó su ranita, como es la Hyalinobatrachium aureoguttatum.
-En otros casos, el nombre proviene del lugar, como en el caso de la Hyalinobatrachium guairarepanense, que habita por la cordillera de la Costa (Venezuela).
-En el caso de la rana de cristal de Laura, se hace referencia a la abuela del científico Diego Cisneros Heredia. Mejor homenaje: imposible.
– Nymphargus colomai es el reconocimiento a un científico, en este caso a Luis Coloma, director del Centro Jambatu.
«Esta historia fue producida con el apoyo de Earth Journalism Network»