Editorial de Radio Pichincha
No cabe duda que el autoritarismo neoliberal y al presión sobre las otras instituciones del Estado juegan a favor de la banca…, perdón de Carondelet.
Ahora Guillermo Lasso quiere ser quién nombre a las autoridades de los organismos de Control, vía Consulta popular, gracias a la Corte Constitucional que ahora la tiene a su servicio.
¿Qué pasó?
Será vía enmienda. La Corte Constitucional emitió su dictamen favorable a las dos preguntas adicionales que entregó el Gobierno, dentro de la consulta popular, referentes a las atribuciones del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
Como no pudo a la primera, cabildeó, se jugó por la negociación política y quién sabe si también hay algo más oscuro.
La primera propuesta busca eliminar la facultad de designación que actualmente tiene el Consejo de Participación e introducir nuevos mecanismos de designación de autoridades. La Corte estableció que, en la forma planteada, la propuesta mantiene los principios rectores establecidos por el constituyente -como la veeduría, la impugnación ciudadana y la evaluación de los méritos de los candidatos-, respeta la separación de poderes y el carácter republicano del Estado y no establece restricciones a los derechos y garantías.
¿No es todo lo contrario a lo que dijo en primera instancia frente a la propuesta inicial dejada por los delegados de Lasso? ¿Qué pasó para que ahora no se considere un irrespeto a la independencia de funciones que la Presidencia de la República sea el brazo conductor y ejecutor de las máximas autoridades de control, que deberían ser el contrapeso del Presidencialismo que tanto se criticó?
Lasso no solo da sorpresas por la carencia de capacidad de gestión del Estado para atender la inseguridad, la desnutrición infantil y la hambruna, sino que para el cabildeo y la metida de mano tiene todas las habilidades. Parece que todo el tiempo se ocupa de cómo controlar al resto de instituciones y no de resolver los problemas de las mayorías.
A nadie le quepa duda de que ahora emprenderá, como ya se nota en redes, la campaña más agresiva con la mafia mediática y los grupos corporativos de la derecha con el afán de trastocar la Constitución.
Se esforzaron tanto en eliminar el Consejo de Participación y llegaron a proponer que los consejeros sean elegidos en las urnas y no por el sistema de méritos y veeduría ciudadana, pero ahora vuelven por lo que parecía absurdo hace poco. Los actuales fueron elegidos en las urnas y se consideraba un supuesto AVANCE DEMOCRÁTICO. ¿Y AHORA? Pues ahora serían designados a través de un procedimiento con escrutinio público y participación ciudadana.
¿En qué quedamos? ¿Todo lo pasado era malo y ahora volvemos por lo mismo?
En verdad, si no estamos en el país de locos, todo indica que caeremos en el país de los desencuentros y desatinos día tras día. PUNTO