Una abogada tuvo una emergencia médica y comparó el trato recibido en una clínica privada y el Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS. Agradeció la atención en el último.
Punto Noticias.- La abogada Berenice Polit Montes enfrentó una taquicardia, el domingo 5 de marzo. Presume que se debió a una doble dosis de pastillas, recomendada por una cardióloga. Acudió de inmediato a una clínica privada, relacionada con su seguro. Le mantuvieron toda la mañana con suero y paracetamol para hidratarla y ya entrada la tarde le dijeron que debía ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos, pero que para ello debo cancelar una garantía de 5 000 dólares.
A la paciente Berenice Polit le pareció innecesario, ella se encontraba en sus cinco sentidos. Cuenta que le dijeron que si no tenía ese dinero, lo pida a sus familiares. A las 17:30 se dirigió al Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Está afiliada desde jovencita.
Al ingresar por emergencia, relata Berenice Polit, permaneció en la camilla de un cubículo y le hicieron un electrocardiograma, le tomaron el pulso, la presión, y la monitorearon, al menos tres médicos, contando con un internista. Ella está agradecida porque sintió la diferencia en el trato. «Me brindaron una cálida y humana atención y dispusieron que sea trasladada a una habitación en el área de Cardiología, en la noche».
La señora Berenice recuerda que al día siguiente, una cardióloga dispuso que le tomaran muestras de sangre. Y una practicante incluso se arrodilló para que la aguja ingresara con suavidad. Más tarde le hicieron una radiografía de la espalda, para analizar los pulmones, y luego una ecografía del corazón, entre otros exámenes. Y le medicaron.
«Me sentí mucho mejor, ya no tenía cansancio, no tenía fibrilación ni taquicardia. Las dos noches que permanecí, dormí con un sueño placido. A los familiares de dos señoras con quienes compartió habitación les pidieron comprar la medicina».
Al salir a Berenice le dieron una receta escrita, con el horario y dosis de los medicamentes que debía tomar, le entregaron la medicina y el detalle de una dieta saludable. «Desde luego que hay falencias administrativas en la entrega de turnos para atención en citas médicas, conozco que se demoran hasta dos meses, y en la entrega de fármacos. La responsabilidad es de las altas autoridades de salud gubernamentales, que tal vez quisieran ver desmantelado al IESS, o en manos de empresas privadas».
Luego de esta experiencia, en la que pudo comparar la atención recibida en una clínica privada y en el Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS, Berenice Polit dice: «exijamos que se repotencie el Seguro Social, si queremos una salud preventiva antes que curativa. El IESS es lo único que tenemos para ser atendidos».