El presidente ilegítimo de Brasil, Michel Temer, tiene previsto reformar el sistema de pensiones. Para ello realiza una campaña de propaganda para convencer a la población de las supuestas bondades de la propuesta.
La Central Única de Trabajadores denunció a Temer por dilapidar el dinero público intentando engañar a la gente en su desesperación por la aprobación de esta reforma que es una exigencia de quienes financiaron el golpe de estado que le permitió reemplazar a la destituida Dilma Rousseff.
Roni Barbosa, secretario de Comunicación de la CUT, asegura que Temer ya gastó más de 32 millones de dólares en publicidad para tal fin, lo que califica como “una inmoralidad” y describe a la campaña como “terrorismo para asustar a la población y forzar la aprobación de la reforma”.
El año pasado, el gobierno golpista, ya había sido condenado por la jueza Rosimayre Gonsalves de Carvalho, de la decimocuarta Sala Federal de Brasilia, a suspender la campaña gubernamental al considerar que buscaba convencer en vez de informar y que no era educativo o de orientación social su contenido, como exige la Constitución de la República. Ese fallo luego fue desestimado por el Tribunal Regional Federal, al considerar que la jueza se excedió y sobrepasó la división de poderes.
Así que la controvertida campaña está en marcha en todo Brasil, motivo por el cual el sindicalismo brasileño se muestra decidido a denunciar estas prácticas totalitarias del gobierno de Michel Temer.