Las movilizaciones contra la asunción del presidente fraudulento de Honduras, Juan Orlando Hernández persisten en diferentes puntos del país, con tomas de carreteras y plantones. En el norte del país, en la ciudad de Choloma, la Policía Militar asesinó a un joven manifestante de nombre Ismael Hernández.
Choloma se ubica a 200 kilómetros al norte de la capital del país, Tegucigalpa, donde Hernández participaba de una resistencia pacífica denunciando el fraude ocurrido en las elecciones del 26 de noviembre y que concluyó con la reelección del presidente Juan Orlando Hernández.
La multitudinaria manifestación fue repelida con balas de plomo y Hernández recibió cuatro balazos por la espalda. El uso de armas letales se ha extendido en las prácticas represivas hondureñas, que le han costado la vida a casi 40 personas desde que comenzaran las marchas contra el fraude electoral.
Quienes acompañaban al joven baleado no consiguieron reanimarlo, ni hacer que llegara a un puesto de asistencia a tiempo para socorrerlo.
En simultáneo, los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, fueron reprimidas de manera brutal por las fuerzas de seguridad, con el uso de gases lacrimógenos en la sede central de la UNAH, en la capital Tegucigalpa.
El presidente asumió el cargo en una ceremonia hipermilitarizada, pero la población no lo reconoce como su legítimo presidente y continúan exigiendo que se repitan las elecciones.