Ambos coinciden que en una democracia amenazada, la aplicación de conceptos como el Estado de derecho queda en el aire y que es preciso asumir nuevos hábitos luego de la pandemia.
Punto Noticias.- En medio de la pandemia por el coronavirus, la democracia está amenazada y el rol que cumplen los periodistas debe ser motivo de reflexión, así lo anunciaron en el programa Otro Relato, de Radio Pichincha Universal, el periodista Alexis Moncayo y el analista político Jacobo García.
Para Moncayo, el hecho de ser periodista no otorga el derecho de etiquetar ni juzgar a nadie, porque esa función la debe cumplir la administración de justicia en el marco de un Estado de derecho y un debido proceso.
Lamentablemente señala que en casos como el del exprefecto del Guayas, Carlos Luis Morales, quien falleció este lunes 22 de junio a causa de un infarto fulminante, la presunción de inocencia quedó en el aire.
En este caso advierte que la prensa ya juzgó. Situación que fue calificada de linchamiento mediático por el abogado de Morales.
Si bien muchos se quedan con la imagen de Morales como periodista y otros como deportista, en el plano político se genera una división. En este punto, Moncayo insiste en que el periodismo puede ser político, pero no partidista, porque ese es un grave error en el que incurren muchos colegas.
Afirma que lo que sí es dable es que los periodistas militen por causas como la defensa de los derechos humanos, de los animales, de las minorías, entre otros, más no que se conviertan en una fuerza de choque.
A Moncayo el tema de Morales lo invita a pensar sobre el tipo de sociedad que se quiere, pues más allá de que se fue el político, el comunicador o el deportista murió un ser humano y “jugar con asuntos personales, sensibles, no es bueno para el periodismo”.
Mientras García señala que el problema que vive la sociedad es estructural porque la gente no absorbe toda la información y ni siquiera sospecha o da crédito a la presunción de inocencia, sino que muchas veces da por verdad lo que le dicen y no efectúa un razonamiento.
“Si hubiera una real sociedad civil habría una mayor organización, participación, control e involucramiento de la academia en la discusión de la vida política y esto sería otro cantar, porque la mayor parte de la gente no vive de ser anticorreísta o correísta”, sostiene.
Añade que vivimos en una constante fundación de la República porque no se para de perseguir al otro, por lo que estamos sujetos a una cultura emocional vivencial.
García enfatiza que todo en el país se politiza y por tanto se lo etiqueta.
Manifiesta que la institucionalidad que se vive en la actualidad es una herencia dejada por el expresidente del Consejo de Participación Ciudadana de Transición, Julio César Trujillo.
Agrega que luego de la pandemia la gente va a buscar un refugio en lo que redefine como identidad (cultura, valores, religión), porque no existe un líder a quien seguir y por lo tanto el capital social va a prevalecer.
Bajo estas visiones, se hace hincapié a que el periodismo debe reinventarse y para ello se trae a colación un análisis efectuado durante una entrevista de Omar Rincón a Pere Ortín.
En esa entrevista se habla de que el mejor periodismo está por llegar porque se dejará de lado la mal llamada objetividad y habrá buscadores de la vedad con nuevas narrativas.
Explican que entre las claves de ese periodismo están: la honestidad, el rigor, saber ver y que el espectador busque preguntas, historias y reflexione.
Sobre este análisis, Moncayo coincide que en este momento de pandemia se vive una transición porque hay nuevos comportamientos en el marco de un “país frágil, con una democracia amenazada e instituciones débiles”.
Mientras que García expresa que es necesario cambiar los hábitos que se tenían para poder sobrevivir.
Fuente: Otro Relato, redes sociales