Deploró que no haya puesto en marcha un plan de contingencia, para atender las necesidades de la población en confinamiento.
Punto Noticias. En opinión de Mario Unda, analista y catedrático universitario, las acciones que el Gobierno Nacional está adoptando, para enfrentar la emergencia por la covid-19, no nos deja tranquilos.
No se puede tener una visión muy clara sobre el número de contagios con el virus, debido a la falta de pruebas para detectarlo, a decir del analista. Señala, por ejemplo, que el Gobierno justifica el número de contagiados, que se duplicó, argumentando que se trata de pruebas atrasadas.
Para Unda, justamente ese es el problema: que no haya el suficiente material como para estar seguros de que, efectivamente, hay un descenso en la curva de contagios. De todas maneras, cree que, siendo Ecuador un país tan pequeño, hace que las cifras de contagio sean las más altas de Latinoamérica.
Sobre las cifras de muertos, el catedrático señaló que estas tampoco son aclaradas suficientemente, por parte de los organismos oficiales. Citó el caso de la provincia del Guayas, en donde las discrepancias al interior del Ejecutivo se hicieron públicas a partir de los datos entregados por Jorge Wated, quien lidera la fuerza de tarea encargada de la recolección de cadáveres, y de los datos comunicados por el Registro Civil, que dieron cuenta de las cifras alarmantes, del alto crecimiento de los fallecimientos, especialmente en Guayaquil.
Cuestionó la decisión de pasar rápidamente del aislamiento social al distanciamiento, anunciada por la ministra de Gobierno, porque cree que no se hizo un análisis más fino y puede traer problemas que afectarán a la población.
Criticó al Gobierno porque dejó de considerar las condiciones en que la gente vive y los requerimientos de la población para la subsistencia, debido a que el confinamiento obligatorio afectó las posibilidades de supervivencia inmediata.
Hubiera sido muy interesante, dice Unda, que en vez de la represión a las ventas ambulantes hubiera un programa de contingencia, realizado junto con los vendedores informales, para llevar adelante un trabajo de prevención de salud, que asegure la vida, tanto de los comerciantes cuanto de los clientes.