Punto Noticias.- “El candidato de la izquierda recorta su desventaja, pero está lejos de Bolsonaro”, señala la información del portal La Vanguardia Internacional.
“Los colegios electorales de Brasil abrieron este domingo para la segunda vuelta de las presidenciales, que enfrentan al ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito en todas las encuestas, y al progresista Fernando Haddad. En esta jornada, para la que están convocados unos 147 millones de votantes, también se elegirá en segunda vuelta a los gobernadores de 14 de los 27 estados del país, que completarán el mapa político que encontrará el nuevo mandatario, que asumirá el poder el próximo 1 de enero.
La campaña electoral en Brasil que hoy termina con la segunda vuelta de las presidenciales ha estado marcada por la confusión, la rabia y las noticias falsas. La imagen que mejor lo resume es la de Jair Bolsonaro, el candidato de ultraderecha, el pasado domingo en el jardín de su casa en la playa de Río de Janeiro. Sujeta el teléfono móvil mientras se graba hablando: “¡Vamos a expulsar a los rojos marginales de la patria (…) vamos a borrarlos del mapa; se irán del país o irán a la cárcel!”, amenaza. Será “una limpieza jamás vista en nuestro país”, añade.
El incendiario discurso fue trasmitido en directo por una enorme pantalla erigida para la concentración de miles de bolsonaristas en la avenida Paulista de São Paulo, donde las movilizaciones de la nueva derecha brasileña nacieron hace tres años para exigir la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Luiz Inácio Lula da Silva. Lograron ambos objetivos, y ahora la llegada a la presidencia de Bolsonaro –que lidera los sondeos con el 56% frente al 44% de su rival, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT)– puede culminar el proceso.
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Otra declaración, esta vez del hijo de Bolsonaro, Eduardo, provocó estupor en el ámbito jurídico. “Basta un soldado y un cabo para cerrar el Tribunal Supremo”, advirtió en un discurso de julio, pero obtenido por los medios la semana pasada.
No era exactamente el lenguaje conciliador que algunos esperaban del futuro presidente de un país polarizado en el que la violencia de la calle empieza a trasladarse a la política. La probable victoria de Bolsonaro llega después de un avance sin precedentes en el Congreso de la nueva derecha –estrechamente ligada a las llamadas bancadas de la bala (defensores de más militarización policial y paramilitarización ciudadana) y de la Biblia (cristianos principalmente evangélicos, pero también católicos del Opus Dei)– en el país más grande de América Latina y el quinto más poblado del mundo. Los conservadores lideran asimismo en las grandes contiendas de los estados de São Paulo y Río. Allí, el exalcalde Eduardo Paes, aplaudido por su gestión de los JJ.OO. del 2016, va a la zaga del bolsonarista Wilson Witzel, desconocido hace sólo dos meses”, de acuerdo a la nota periodística.