La paridad política es clave. Tal como lo destaca ONU Mujeres, es necesaria para que las mujeres contribuyan a la toma de decisiones que afectan sus vidas, la democracia paritaria propone un nuevo modelo de un Estado inclusivo, tal como lo propone la Agenda 2030.
Punto Noticias: El proceso chileno es inédito en el mundo. Una constitución paritaria no solo reconoce a las mujeres el derecho a participar en igualdad de condiciones, sino también a escribir una nueva Carta Magna con enfoque de género. Una oportunidad de sintonizar con demandas ciudadanas y ser un ejemplo global, destacan expertas.
“¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?” era la pregunta de la segunda papeleta de votación del Plebiscito el pasado 25 de octubre de 2020. Los resultados, dados a conocer por el Servicio Electoral indican que los resultados fueron: para la opción Convención Mixta Constitucional 1.501.793 votos, correspondiente al 21,01% y la opción Convención Constitucional 5.646.427 votos, correspondiente al 78,99%.
Así Chile tendrá una Convención Constituyente formada por 155 ciudadanas y ciudadanos elegidos por voto popular, será el primer país en el mundo en dar paridad a mujeres y hombres para elaborar la nueva Constitución del país sudamericano.
Esto es una oportunidad única para fortalecer la democracia y darle legitimidad al proceso, dice María Inés Salamanca, de ONU Mujeres Chile.
Las mujeres constituyen en Chile el 51% de la población, y en este sentido, “permiten priorizar materias sensibles y trascendentales no sólo para ellas, sino para el conjunto de la sociedad”. Contar con paridad en este proceso y en todos, permite reducir las desigualdades y transforma las relaciones de poder. manifiesta Salamanca.
La paridad no es antojadiza, agrega la directora ejecutiva de Comunidad Mujer, Alejandra Sepúlveda. Es un principio que otorga profundidad a la democracia y permite avanzar desde una igualdad formal entre hombres y mujeres, como consagra la Constitución actual, a una real y sustantiva.
“A través de la distribución más equilibrada del poder, en el Estado y los organismos autónomos y del reconocimiento, respeto y promoción de los derechos humanos específicos de las mujeres, por ejemplo, a vivir una vida libre de violencia, a la igualdad salarial, a la protección social sin discriminaciones por razón de género, al reconocimiento del valor del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado y la corresponsabilidad social”, aclara Sepúlveda.
Un principio y un derecho escrito en la carta fundamental despeja cualquier controversia sobre su existencia jurídica. De esta forma una ley que los contradiga no los derogaría, dice Sepúlveda, sino que sería inconstitucional. “Así podremos avanzar en un país más igualitario e inclusivo y profundizar la calidad de nuestra democracia, la justicia y el desarrollo de Chile”. (C.D.A.)
“La convención va a quedar constituída de forma paritaria, y eso es un salto cualitativo en representación enorme”, indica María Cristina Escudero, abogada y académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, quien destaca que si bien en Chile se ha avanzado, por ejemplo en la ley de cuotas, está muy lejos de ser equilibrado y estar sobre los promedios regionales en cuanto a representación.
Chile no cuenta con paridad en muchos niveles ni en los espacios de poder, por eso este hecho es tan importante, añade Daniela Campos Letelier, miembro de Red de Politólogas, porque va a ser la puerta de entrada de las mujeres a los nuevos rubros que han estado limitada por años.
“El país se va a poner a la vanguardia con esta nueva Constitución, este proceso constituyente paritario debe replicarse a nuevas áreas para mostrar nuestras capacidades en todas los ámbitos donde hay menos mujeres, que tengan la posición que merecen y que no han tenido en el tiempo, pero que se ha ido recuperando” afirma Campos. (C.D.A.)
FUENTE: NODAL